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Jueves 30 de agosto 20xx, Mansión Jeon, Tokio/ Japón.
09:18am.

¡Sorpresa!

-

En los pasillos, de la gigantesca (Y nueva) mansión localizada a las afueras de la cuidad de Tokio, no se escuchaba ni un sonido todo estaba en un silencio que podía llegar a ser sepulcral.

-¡¿Es enserio!?.- Si, eso hasta que el chillido limpiavidrios de Seokjin rompió los oídos de los guardas de las mansión.

-¡Cállate!.- grito Jimin en un susurro mientras se abalanzaba y le tapaba la boca con las manos.

El pelirosa de un manoton aparto las pequeñas manos de Jimin.

-Ok pero no toques mi hermoso y espléndido rostro....- Suspiro y volvió a sonreír con alegría.- ¿Y cuando se lo piensas decir a Jeon?

Jimin miró unos segundos a su amigo sin parpadear y luego soltó un dramático suspiro.

-No lo se aún.- exclamo.- No se si quisiera hacerlo y temo que su respuesta sea de enojo o tristeza.

-Pero Minnie no puedes tomar esa desicion sola.

-¿Y si no acepta?

El silencio volvió a inundar el lugar.

-¿Qué no voy a aceptar?

-¡Aaaaaaaaah!.- Jeon brinco en su lugar al escuchar el grito de miedo de Jimin y Jin.

-¡Joder! ¡Casi me matas de un susto!.

-¿¡Que no te enseñaron a tocar la puerta idiota!?.- Jimin sentia si corazón correr cual caballo perseguido por las fauces de un León.

-Bueno como es nuestra habitación puedo entrar cuando yo quiera ¿No?.- pregunto el castaño mientras entraba y se sentaba en la orrila de la cama viendo desde el lugar a su novio y amigo sentados en el suelo frente a frente con un montón de cartas de póker.

-Si pero nos asustastes...-Se quejó el rubio mirando a Jeon.

En estos últimas semanas el joven había cambiado mucho, era como si desde siempre estuvo destinado a liderar y tener el control. Habían comprado una mansión con un aire colonial donde todos actualmente vivían.

Habían dejado a cargo a Yoongi, Mark y Jackson en Seúl mientras terminaban de arreglar todo aquí. Estaban aun con los términos de unir las dos mafias tanto la Mafia B y la Mafia Jeon.

Jimin se quedo sorprendido el cambio radical que le hicieron a su chico, tanto Seokjin como Namjoon le había dado la etiqueta de un mafioso de alta gana y no es que se viera mal. Todo lo contrario la primer ves que Park le había visto tan elegante había terminado con una erección que el castaño alivio en el baño de la tienda de ropa de marca a la que habian ido.

Otra cosa que le sorprendió fue que Seokjin no se propuso en comprar ropa de color rosa aunque supo que tuvo que contenerse pues al ver algo de color rosa o derivado del color temblaba de la emoción.

Ahora su chico se miraba estupendo con esos pantalones de mezclilla y esas camisas acompañados del saco oscuro hacia que la boca se le hiciera agua por probar cada centímetro de esa maravillosa y bronceada piel.

Venganza y Amor [kɷɷmɩn]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora