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Paula pov

Llevábamos corriendo por casi veinte minutos, ¿Como terminamos así? los mismos hombres que nos habían sacado de aquella galería llegaron hacia donde estábamos nosotros, intentaron robar nuestras cosas, todo empeoró cuando a José se le escapo un tiro que logro atravesar el brazo de uno de ellos. No estaríamos corriendo tanto si no fuera por el auto que nos viene siguiendo, todo tan película.

── ¿Y si entramos ahí? ── Mavis apunto un enorme edificio.

── Seguramente está lleno de esas mierdas, no jodas.

── Paula tiene razón, estamos en plena ciudad, debe haber otro lugar donde podamos meternos. ── Agustina me dio la razón.

── Busquen rápido entonces porque los idiotas que nos vienen siguiendo están cerca.

── Miren ahí. ── Karen nos apuntó una pequeña heladería.

── Podríamos encontrar un mejor lugar, pero no importa, entren rápido. ── Abigail fue corriendo hacia el lugar, seguido de nosotros.

Cada uno se acomodó en un lugar lo suficiente poco visible.

── No estamos seguros, agarren sus armas por si las dudas, no importa que pase, si nos ven solo disparen.

Se puede sentir lo tensa que es la situación, agradecía en estos momentos que aun sigamos juntos, aunque falte Sugasti, me pregunto si estará bien, pero conociéndola es seguro que sí.

Se me hace inevitable pensar en las pocas cosas que estamos pasando y todo lo que nos espera, lo único que espero es que salgamos de todo esto, juntos.

── Necesitamos conseguir un auto e irnos a la mierda, estar en plena ciudad no es de mucha ayuda. ── Agustina fue la primera en romper el silencio.

──Shh, están pasando por acá.

Después de un rato, el auto seguía pasando por el mismo lugar, hasta que simplemente no lo pudimos ver más.

──Hagamos algo.

──¿Un plan? ── Mavis me preguntó.

──Exacto. Como dijo agustina, tenemos que conseguir al menos dos autos.

──¿Como hacemos eso? ¿Y si esos hombres siguen por acá? ── Celeste respondió casi en un susurro.

──José, te hubieras quedado muerto un rato más, la cagaste. ── Valeria dijo enojada.

──No le echen la culpa. Queramos o no esto va empezar a ser así.── Omar salio a la defensa de José. 

  ──Dejen de joder, necesitamos salir de la ciudad.──  Respondió Carlos.

  ── Igual acuérdense de Sugasti.

   ── Es cierto, no sabemos donde esta ni como esta. ── Mavis fue la que habló esta vez.

  ── Seria buena idea buscar algún auto e intentar recorrer por donde estuvimos.──  Karen dio una idea.

Y así fue, decidimos ir en grupos para buscar algún auto. No tenemos noción del tiempo así que agarre mi celular para ver la hora, son las cuatro y media.

Al cabo de quince minutos de andar caminando, a lo lejos vi un auto, ya a este paso se me habían ido las esperanzas. 

Me acerque con pocas ganas, una vez cerca, me incline para ver por la ventana y apareció un caminante/ zombie/ muerto o como mierda quieran llamarlos.

Por suerte el auto era el que impedía que se me acercara, acerque mi mano a la manija y para mi suerte estaba sin seguro.

Abrí de una dejando salir al caminante y le clave mi cuchillo en el cráneo. 

Estaba empezando a pensar que este es mi día de suerte, ya que al sentarme en el volante pude divisar la llave colgando, lo único que faltaba era que tenga combustible.

Y maravillosamente esta contenía combustible, no mucho, pero lo suficiente para viajar unas pocas horas. 

Sobre el auto, este es bastante grande, me estaba empezando a sentir como en una película Disney, pero mas aterradora.

Maneje hasta el lugar donde se había acordado para encontrarnos y allí estaban todos, al verme bajar del auto, sus sonrisas aparecieron.

──Un hyundai h1, que piola.  ── Omar miro el auto e intento un silbido.

 ──¿Desde cuando sabe de autos? ──Celeste lo miro.

──No importa, agarren las cosas  y entren, es hora de buscar a la subasta.

 ── Sugasti. ── Laura me corrigió.

──Se lo que dije, para mi es subasta.

Entramos todos y volví a tomar el volante.

Ya habían pasado dos horas en su búsqueda.

── Tengo sueño.── Al fin alguien hablo y fue José.

── Y dormí.

── Que especial, dios.── Agustina lo miró y le pegó. 

Estacione el auto es un lugar algo vacío.

── Paremos un rato.

 ──Saben, extraño las empanadas.── Abigail nos miro levantando su dedo índice, dirigiéndolo a su cara y simulando que es una lagrima.

──Y eso que esto empezó hace poco.── Mavis la miro y soltó una carcajada.

  ── Acá tenes tantas empanadas para comer.  ──  Agustina soltó más de una carcajada después de haber dicho tal cosa.

  ──Cochinas.── Celeste nos miro con una expresión de asqueada, aunque evidentemente era fingida.

 ── Que gays.  ── Karen y su típico comentario.

──A todo esto, ¿que hacemos con Sugasti?

── Recorrimos casi toda la zona y no la encontramos. ── Mavis contestó algo desilusionada.

 ──Pero obviamente que no la vamos a encontrar... ──Alguien interrumpió lo que iba a decir.

──No bajamos del auto, ella podría estar escondida adentro de algún lugar. ── Abigail fue la que me interrumpió.

──¿Por que no intentan llamarla?

── ¿Y ahora lo decís? ──Mi copiloto, Celeste me miro mal.

  ──Primero, ¿vos que haces de copiloto? sos menor todavía, tenes que tener doce para estar acá y no llegas a esa edad. ── Al terminar de decir eso, Celeste me golpeo.

 ── Tengo diecisiete, carajo mierda. ── Podía apreciar como se enojaba de a poco.

  ── De estatura. ── Omar fue el que hablo, ganándose un golpe de parte de Celeste.

Tras ese comentario, todos nos reímos hasta que un ruido en la ventana nos asustó.

── ¿Que mierda fue eso? ── Karen habló algo asustada.

──  Y fijate. ── Carlos le respondió.

Por un momento el silencio reino el lugar, hasta que decidí bajar yo.

 Al salir del auto no encontré nada al rededor, cuando quise volver algo me agarró el brazo.


Sugasti pov

En estos momentos,me encuentro caminando por una ruta algo herida, mis rodillas están lastimadas y ademas estoy cansada, siento que estoy apunto de desmayarme, el hambre no ayuda y menos el hecho de que no encuentre a ninguno de mis amigos. 

Ya estaba a nada de rendirme, cuando divise un auto a lo lejos, intenté acercarme lo mas que pude y cuando estuve a nada de llegar, sentí algo atravesar una parte de mi cuerpo, me hubiera preocupado por la parte en la cual me dispararon, pero mis ojos fueron cerrándose.


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