Sobrevive.

5

Paula pov

Mire a quien me había agarrado el brazo, sentí un alivio enorme, era nada más y nada menos que sugasti, el alivio desapareció de manera inmediata al ver como se encontraba, la agarre como pude y la tiré arriba de los chicos.

-¿Y ahora donde mierda conseguimos un médico? - Celeste sonó desesperada.

-¿Y si intentamos ir a un hospital?- preguntó Agustina.

-¿Te querés arriesgar?

-¿Y si está lleno de esas cosas?- Abigail me miró.

-No sé, ustedes decidan, yo manejo.

-Tengo una idea.- Mavis nos miró con una sonrisa.

-Espera, primero haganle un torniquete en su brazo.

Inmediatamente Mavis arrancó parte de la remera de Sugasti e hizo un torniquete.

-Ahora si, como les decía, tengo una idea.- alguien la interrumpió.

-¿POR QUÉ NO TE PONES EN CUATRO? - Karen fue la que interrumpió y se puso a cantar, la cual le siguió Agustina.

-MAMI QUIEBRA LA CINTURA.

-Las voy a tirar a una horda, pelotudas, no ven que Sugasti está mal.

Se quedaron calladas y finalmente Mavis volvió a hablar.

-Como decía, mi idea es llevarla a un lugar limpio y ahí poder hacer algo con su herida, como no tenemos muchos medicamentos, lo mejor sería saquear la farmacia.- Puso una cara pensativa.

Nos quedamos en silencio esperando a que prosiga.

-Y necesitaríamos una antitetánica, la cual es difícil de conseguir.

Empecé a manejar, dirigiéndome a la farmacia que había visto anteriormente.

-Llegamos, escuchen, necesitamos que bajen al menos tres y vigilen si es que hay alguno adentro, una vez que el área este asegurada bajamos con Sugasti, algunos se quedan en el auto a vigilar y otros intenten buscar la antitetánica.

Los mire a todos y asintieron.

La cosa quedo asi; Omar, Valeria y Abigail van a entrar para ver si hay alguien.
Laura, Mavis y yo llevamos a Sugasti.
Carlos y José se quedan en el auto
Finalmente, Celeste, Agustina y Karen van a buscar la antitetánica.

Nos quedamos en el auto mientras bajaban los primeros y tras esperar un rato, salieron levantando la mano y enseñando el dedo pulgar como signo de que estaba todo bien.

Agarré con ayuda a Sugasti y nos metimos a la pequeña farmacia, busque un lugar donde ponerla y la coloque en una mesa que se encontraba cerca.

-No somos expertas en esto, pero, ¿se acuerdan que vinieron unos médicos al colegio para enseñarnos cosas?- Mavis empezó a hablar.

-Si y nos mostraron un vídeo sobre esto.

-Quien diría que nos iba a servir.- Laura sonrió.

-Yo me acuerdo todo lo del vídeo, aparte de que vi varios más y Mavis, se que sabes de esto, así que hagámoslo.

Nos miramos y asentimos.

-Ok, entonces, busquen una pinza, hilo y aguja, si no encuentran en las estanterías, fijense en el fondo detras de ese enorme escritorio, suelen tener cosas ahí.

Laura y yo fuimos a buscar lo que pidió Mavis, encontré el hilo pero no la aguja.
También agarre algodón, vendas, gasas y alcohol para desinfectar.

Llegue corriendo hacia donde esta Mavis y le puse las cosas en la mesa, Laura llego y nos mostró la aguja.

-Ya tenemos todo, empecemos.

Mavis saco el torniquete y miró la herida de Sugasti, tenía que sacar la bala con la pinza, la miré dándole apoyo, agarro la pinza y soltó un largo suspiro.

-Espero que esto salga bien.- dijo con algo de miedo.- Si es que se mueve, intenten mantenerla quieta.

Volvió a suspirar y se dio palabras de aliento, por suerte la bala no estaba tan incrustada, así que fue fácil sacarle la bala, rápidamente le pase el algodón con el alcohol para que pueda desinfectar, a penas acerco el algodón, Sugasti despertó gritando.

-Me arde hasta el orto.- Dijo con cierto dolor en su voz.

-Sugasti, ahora tenemos que coserte, ¿ok?-Laura le dedicó una sonrisa.

-Ok.- hizo una ligera sonrisa.- Que lindo es verla como doctoras.

Mavis volvió a su trabajo y cosio la herida, por las expresiones de Sugasti, sabíamos que le estaba doliendo.
Le volví a pasar otro algodón con alcohol para terminar de desinfectar y finalmente le puso la venda.

-Terminamos.- Mavis sonrió orgullosa por lo que había logrado.

-Ahora falta la antitetánica.

Otra vez, nos quedamos esperando a los chicos.
Los minutos pasaban y no llegaban, hasta que entró Agustina y me dio lo que necesitábamos.

-Apurense, hay una horda enorme cerca, tenemos que irnos.

Mavis preparo la inyección y se lo coloque yo.

-¿Podes caminar?- le pregunte a Sugasti, la cual se paró y con algo de esfuerzo pudo caminar.

Ya todos estaban en el auto, así que me subí y empecé a manejar, alejándonos de esa horda.

-Che ¿agarraron de casualidad alguna que otra cosa de ahí?- José nos pregunto.

-Yo agarre lo que pude- Laura le dio un bolso con todas las cosas adentro.

-Es hora de irnos a la mierda.

Estuve manejando por horas, ya casi todos se durmieron, excepto Abigail.

-¿Está todo bien?- la mire por el espejo retrovisor.

-Si, sólo es el insomnio.- Sonrió sin mostrar los dientes.

-Abigail, se que te preocupa tu familia.

-Me pregunto si estarán vivos.- agachó la cabeza.

-No soy de decir esto, pero tené esperanzas.

Me dedico una sonrisa y se acomodó para dormir, como si mis palabras hubieran servido de alivio.

Necesitaba que alguien más maneje en estos momentos, el sueño que me invadía era enorme, pero por suerte (Cosa que hemos estado teniendo mucho últimamente.) divice una casa, al menos podríamos estar unos días ahí.

Los desperté a todos.

-Encontré una casa, bajemos y miremos si podemos quedarnos.

Vi como todos iban bajando con sus respectivas armas, me quedé un rato en el asiento, tenía sueño y me sentía débil, lo único que no quiero es desmayarme yo también, así que agarre una barrita que había conseguido en la farmacia y la comí.

Omar vino hacia mi.

-Matamos a los que estaban dentro, así que ya podes entrar y descansar algo, te ves mas pálida de lo que ya sos Y por cierto la casa tiene un garaje, podes estacionar ahí.

Volví a manejar el auto hasta el garaje y lo estacione ahí, baje y cerré el portón.

Al entrar a la casa, fui a una de las habitaciones y me tiré a la cama sin darles importancia a los demás.

Así seria de ahora en adelante y me tengo que acostumbrar.