En Guerra - I

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Bueeeeeno, se me vino a la mente un OneShot que por ahora va a ser un TwoShot si es que mi cabeza no máquina de más jajajjaa
Quiero agradecerle y dedicarle esta historia a ItzaCofi. Como sabés, esa imagen que pusiste me inspiró a escribir este lío ^^ Ojalá lo disfrutes.
Agradezco a cualquiera que quiera dejarme un comentario, una estrellita o que simplemente lee 😁 los adoro.
Les prometo que voy a actualizar pronto jajajajaj
No quiero hacerles demasiado preámbulo, así que.... acá les va 😊
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La amenaza de ataque había llegado hacía ya tres semanas, era el ultimátum para la destrucción de Konoha. Los habitantes comunes fueron evacuados hasta las tierras del Té para su refugio y todo shinobi y kunoichi de la alianza fue informado de la situación, se cancelaron cientos de misiones.

-¿Por qué crees que nos hayan dado tanto tiempo para prepararnos?- Fue la pregunta discreta del Séptimo a su consejero, el Nara le respondió mientras observaba a las filas de shinobis formándose.
-Porque saben que lo necesitamos- Le dijo -Y que no tenemos a quien nos pueda avisar de su llegada o que sea capaz de ver los preparativos que hacen; Kawaki y sus secuaces adoran esta perversión- El rubio quedó parado en silencio -Naruto, por favor intenta darles un discurso de aliento cuando ya todos se reúnan.
-¿Algo más que no morir?- Rió el zorro. Shikamaru sonrió levemente aunque con algo de dolor acariciaba la tela negra que se afirmaba en uno de sus brazos.
-Algo como honrar a los que ya cayeron.

Tal y como había sido anunciado en las cartas que llegaban a todas las aldeas shinobis, los ataques tomaban lugar en las fechas indicadas. Todas las aldeas habían recibido aunque sea una pequeña oleada de enemigos y varias vidas, en su mayoría de civiles, habían sido perdidas.
Los murmullos entre los shinobis eran entendibles, el nerviosismo era palpable y la desesperación estaba a punto de brotar por los más jóvenes.

-Es su primer guerra, lo necesitan- Agregó el Nara mirando un grupo de jóvenes de quince a dieciocho años.
-Con suerte será también la última que tengan que presenciar- Ambos hombres miraron a la mujer que se les acercó.
-Sakura-chan...- Soltó el rubio al notarla llegar -...¿Cómo estás?
-Los ninjas médicos de la Hoja ya han sido organizados en brigadas- Esquivó la pregunta fácilmente. El Hokage asintió suavemente.
-Gracias.
-Sarada insistió en no estar en puesto médico conmigo- Susurró la mujer de opacos ojos jade -Yo...
-Ella sabe lo que hace- Le sonrió suavemente el estratega -Confía en ella.

La Kunoichi ya armada con su chaleco Jounin de la Hoja apretó sus puños con impotencia, no quería perder también a su hija. Inhaló con fuerza, quedando algo descolocada cuando una mano se le apoyó en el hombro.
-Todos se cuidarán entre ellos, y su equipo la necesita- Fueron las palabras de ánimo que le dedicó la rubia -tal como tu equipo te necesitó hace años en esa guerra- Los jades se encontraron con las piedras aguamarina.
-Temari.
-Ánimo, Sakura- Apretó suavemente el agarre antes de soltarla. La pelirrosa agradeció sus palabras con una sincera, aunque leve, sonrisa.
-Gracias, Temari.

Los susurros a sus espaldas cesaron de golpe, siendo reemplazados por pequeñas expresiones de asombro. Los cuatro Jounin en reunión voltearon para ver de qué se trataba: eran dos equipos que habían dado la nota al llegar.

-Equipo número siete presente y completo- Sonrió con confianza el rubio del mismo.
-Hasta que se dignaron a aparecer- Dijo uno de los Chunnin del lugar. Definitivamente esa llegada había hecho renacer cierta esperanza.

La pelinegra de ese equipo notó la mirada de la mayoría del lugar en ella, en la banda negra que afirmaba una de sus mangas simbolizando el luto hacia su padre y los demás caídos. El séptimo tragó saliva al verla con su largo cabello recogido en una coleta alta. A su madre se le aguaron los ojos por la ropa que escogió para la batalla, ropa que hacía memoria a la que Sasuke había usado a la edad de ella.
El silencio volvió a reinar una vez que la de las gafas rojas abrió sus ojos portadores de un fría, pero decidida, mirada. Sarada Uchiha, la última del sharingan, no iba a dejar morir la voluntad de su padre.

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