Por más meses que pasen aún espero verla ingresar en nuestro departamento con su brillante sonrisa y su tonta voz, avisando su llegada.
"Estoy en casa" gritaba como si no fuera lo suficientemente obvio. Entonces se sentaría a sonreírme y a hablarme por horas.
Ese lugar es tan solitario y callado en este momento. Tan frío, distante, vacío. He considerado mudarme. Trasladar mi vida, comenzar de nuevo o por lo menos, aparentar.
Pero... Los sitios donde estuvimos juntas me traen nostalgia y los lugares nuevos que visitó ahora sola me llenan de pensamientos triste como "debí haber venido con ella aquí" "quisiera que estuvieras conmigo en este momento" o todo tipo de oraciones que me hacen reprocharme mucho lo que he hecho. El departamento es el sitio donde me siento más cerca de ella, no puedo abandonarlo... hice todo lo posible para que el piso sea mío, invertí mis ahorros en tenerlo.
-¿Qué haces aquí?-. Shaun me arrebata la botella de ¿Whisky? ¿Ron? ¿Tequila? Ya no sé, lo que he estado bebiendo -¿Es por el correo?-.
Asiento sin intención de formular una palabra o frase.
-Deberías olvidarlo Lauren-. Me dice.
Debería sólo golpearlo, pero recuerdo que es el único amigo que me queda, me soporta y me arrepiento. Aunque soledad se ha vuelto mi dama de compañía, también ella debe descansar de vez en cuando.
-Toma una ducha, duerme, busca un trabajo decente y salga con amigos-.
-¿Amigos?-. Le interrumpo sonriendo irónicamente -¿Cuáles amigos? Los perdí en la custodia compartida-. Los aleje porque quise, no es egoísmo simplemente Camila no quería verme y por un tiempo yo intente acercarme, pero luego entendí que sólo hacía más grande su herida, deje de frecuentar a personas cercanas a ambas.
-Lauren, ella se casará. Es tiempo de pasar página, han pasado tres años ya-. Su voz resuena, da rebotes por las paredes y regresa a mí con esas palabras "Ella, se casará"
Realmente lo hará. Realmente fue capaz de enviarme una invitación esta tarde, ella realmente espera que este en medio de la multitud aplaudiendo y festejando.
Yo haría esa basura de alegrarme por su felicidad, pero... pararme a observar como une su vida a alguien más, sería verdaderamente una sentencia de muerte.
-Camila ya te-.
-No-. Vocifero, si el continúa esa oración. Yo ya no tendré el deseo de lastimarlo, lo lastimare de verdad.
-Lo hizo, te olvidó Lauren-. Mi amigo es muy cruel, juega muy bien con el filo de la navaja y nunca se corta. No haré lo que pienso, sus palabras han sido un golpe certero y doliente. Me han demolido.
-Me iré a casa-. Recojo mi bolso antes de que Shaun me bote de su bar.
-Ese lugar que llamas casa, no lo es. Se está volviendo enfermizo y lo sabes-.
-No juegues con tu suerte-. Le advierto. Una persona que ha ingerido alcohol y tiene graves problemas sentimentales, puede hacer cualquier locura.
Me retiro del sitio y tomo un taxi que hice detener unas cuadras antes de llegar a mi departamento.
Camino pasos torpes con la mirada en el suelo; he de parecer un zombi y no es por el alcohol, estoy casi sobrina, tampoco estoy enferma, pero la depresión se ha apoyado en mis hombros y la perra ansiedad, me grita en el oído, lo patética que desea verme.
-Lauren-. Llaman, alce mi vista.
Entonces sonrió, la última vez que la vi de casualidad fue hace un año.