Capítulo 3.

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Está sentada en su cama revisando las fotos que tiene en el móvil.

Una, dos, tres… quince, dieciséis, diecisiete...

Y no, ninguna en la que salga con Mía. Pese a que son muy amigas apenas tienen fotos juntas, y eso es algo que molesta a Olivia. En estos últimos meses se ha distanciado más del grupo, fue junto con Angie, de las últimas en incorporarse.

Se arrepiente, el hecho de que tenga novio complica su relación con los demás chicos del grupo. Pero es inevitable, lo quiere, lo quiere tanto…

Sin embargo sabe que no podrá seguir aguantando mucho más…

Es pelirroja y sus ojos son de un azul turquesa seductor. Es más bajita que Mía, y tiene un estilo diferente a ella.

Es maja, y muy simpática, pero tiene un fuerte carácter.

Olivia es inteligente, pero su nivel de notas no es el apropiado en una chica de su edad. Ha repetido un curso y eso ha hecho que conociera a los que ahora forman el grupo de Prous. Algunas veces no se siente una más de ellos, pero sabe cuál es la razón, y no se puede volver atrás.

Eh, ¿te apetece salir esta tarde? Llámame.

Hace ya más de media hora que le envió el mensaje a Mía y aún no se ha conectado.

<<Vamos, ¿qué estás haciendo?>>

Tardará otra media hora en leerlo, seguro que está durmiendo. Son las once de la mañana, pero Mía es una dormilona.

<<Sobre las doce se conectará. Seguro>>.

Mientras tanto Olivia decide meterse en Twitter. Hace tiempo que no lo hace.

Se sorprende al ver que tiene tres mensajes directos  y unas cuantas interacciones. Se mete en los mensajes directos:

Ola wapaa ;)

-¿Qué clase de retrasado escribe así? Borrar.

¡Hola Olivia! Soy Alice, hace mucho tiempo que no nos vemos, ¿qué te parece si tomamos un café?

-Guarra. ¿Cómo eres capaz de enviarme este mensaje? Estuviste a punto de…

Algo la interrumpe, aún le queda otro mensaje, pero le ha llegado un nuevo WhatsApp. Mía.

¡Buenos días, Oli!

Pues claro que me apetece quedar, ¿a qué hora nos vemos?

Olivia suspira aliviada, qué ganas tenía de que su amiga le respondiera.

Se recogió sobre las tres de la mañana, se lo pasó bien con Josh y Daniel. Son sus amigos de toda la vida, se juntan una vez cada dos semanas. Y eso hace que cuando se vean aprovechen el tiempo poniéndose al día. Son cuatro los que forman ese pequeño grupo: Josh, el mayor. Mía y Marina, las medianas y Daniel, el más joven de ellos.

Se tienen mucho cariño unos a otros. Sus madres son íntimas y ellos siguen sus mismos pasos. Aún así han pasado cosas muy importantes en ese pequeño grupito de cuatro amigos.

Está cansada, son las doce y diez y no es capaz de levantarse de la cama.

-¡Mía!

-¡No estoy, déjame!

-¿En serio quieres que te lo repita, princesita?

-¡Mamá no me llames princesita! ¡Sabes que lo odio!

Llaman a la puerta.

-DÉ-JA-ME.

-Se te acabó el chollo, aquí vivimos como reyes, pero te voy a poner al día. Esta tarde empiezas.

-¡¿Empezar, empezar a qué?!

Su madre ríe con un tono perverso y abandona la habitación.

Lo siento, nena. No puedo quedar contigo esta tarde, mi madre quiere matarme. Luego hablamos tkk

En el mismo minuto Olivia responde desde el otro lado de la pantalla:

Jajajaja no te preocupes, otro día (:

No, Mía sabe que Olivia no ha movido ni un solo músculo de su perfecta cara. Se siente tan mal… Se han distanciado mucho y quiere volver a retomar la relación que tenía con ella, pero no puede hacer nada, Alma, la madre de Mía es una mujer muy nerviosa, y le gustan las cosas hechas al momento. No puede hacerla esperar.

Se siente mal, pero tiene que ayudar a su madre con Dios sabe que.

Seis de la tarde.

-¿Podríais ayudarme, no crees?

-No, te lo ha mandado a ti, no a mí.

-¿Pero tú de qué vas?

-¿Se lo digo a mamá?

-Pagarás las consecuencias.

Adrián hace caso omiso a la respuesta de Mía y se va.

Está sola, su madre la ha llevado a la ciudad para que ayude a su tía ya que se ha mudado a un viejo piso y necesita organizarse.

00:03 am.

Mía… sé que es tarde, pero necesito contártelo…

Esta tarde he salido a dar un paseo por el parque, y he visto a Marc con Steisy, estaban sentados en un rincón solos… Y, bueno, pensaba que deberías saberlo.

Lo siento, tía…

Hasta mañana, tkk

El recuerdo: otro tipo de cicatriz.

Mía, te quiero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora