Lucas Pottennick y el bolígrafo mágico

Cap.5: Vendida

Habían pasado tres días desde que el alienígena había lanzado la oferta y los Pottennick aún no le habían dado respuesta alguna. Así que por su culpa, el alienígena ya había comenzado a destruir el sistema solar. Había decidido comenzar con un planeta por día y ya había destruido a Mercurio y Venus. Justo aquel día le tocaba la Tierra.

Sofía Pottennick acababa de decidir aquella noche no aceptar la oferta del alienígena y luchar para salvar a su hermano. Sabía que por la tardanza de su decisión habían sido destruidos dos planetas, pero también sabía que si salvaba a Lucas, él los volvería a crear. Así que aquella mañana, se despertó con positividad ante todo y con ganas de salvar a Lucas. Abrió las cortinas de su habitación y miró por la ventana, pero aunque vio que su planeta se estaba resquebrajando, alienígenas iguales a su jefe solo que más pequeños apresaban a la población de Alchorchón y con sus pequeñas pistolas láser de color verde claro destruían edificios creando brutales explosiones, etcétera. Siguió alegre y con positividad ante todo. Después, cerró las cortinas y fue a la cocina, a prepararse el desayuno y a disculparse ante sus padres por lo sucedido la noche anterior.
                                                                     

La noche anterior, sus padres y Sofía cenaban juntos, algo nerviosos por la oferta malvada que les mandó el alienígena dos días atrás. Sus padres sabían que al día siguiente si no hacían algo, su planeta sería destruido. También sabían que su hija no estaba preparada mágicamente ya que le habían regalado aquella goma hacía exactamente dos días y no le había dado tiempo a aprender muchas cosas sobre esta, por lo que seguramente perdería contra Lucas y el alienígena, ya que ellos conocían muy bien la magia. Durante aquel día no hablaron absolutamente nada sobre la oferta, pero sus vidas peligraban. Entonces, sus padres que querían decidir por ella, comenzaron una larga conversación sobre la oferta malvada.

- Sofía, no crees que deberías aceptar la oferta (por cierto bastante razonable) que te propuso el temible alienígena malvado hace dos días. Lo digo por que todas nuestras vidas corren peligro y…- propuso su madre algo nerviosa por su respuesta y sin esperar un no por respuesta-.

- No, lo siento, pero debo luchar por mi libertad y por todas las vidas del sistema solar- contestó Sofía decida e intentando cortar de raíz la conversación-.

Pero para nada cortó la conversación, sino que sus padres siguieron insistiendo como cobardes.

- Sofía, no crees que deberías intentar replantearte la oferta de tu madre, yo creo que es muy buena, quedarías como una heroína ante el sistema solar…-insistió Houdson-.

- No, estoy decidida, además, si la acepto saldríamos perjudicados todos porque ese rastrero alienígena quiere mi magia sea como sea y aunque me una a él nadie sabe si destruirá el sistema solar igualmente. Nadie sabe si será una trampa, pero mejor prevenir que curar. Hay que desconfiar del alienígena, hay que tener en la cabeza la la posibilidad de que un día u otro nos destruirá a todos. Por eso hay que luchar por la libertad, por eso hay que pararle los pies. Y por eso necesito vuestra ayuda…- explicó sincerándose con sus padres Sofía-.

Pero Houdson y Middley decidieron no escuchar sus palabras, sino que decidieron seguir insistiendo. Estaban sordos por la cobardía. Lo único que oían es como su mente les decía que debían sacrificar a su hija por sus vidas.

- Venga Sofía, je, je, anda hazlo por nosotros… ¡Nos salvarás! - insistió su madre acobardada-.

- ¡Un NO es un NO! – gritó irritada por la insistencia de sus padres reventando de la ira- ¡Dejadlo ya, yo no pienso ser malvada! -.

- JE, igual de persistente que su hermano, ¡pero no igual de bondadosa!... Él se sacrificó por nosotros. ¡Tú deberías hacer lo mismo! ¡Así que jovencita, yo que soy tu padre… TE OBLIGÓ A UNIRTE A LA MALDAD… Y si no me haces caso… Prepárate para no volver a esta casa, ¡JAMÁAASS! – declaró gritando e irritado de cobardía Houdson-.