Cap.3: Sofía Pottennick

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Pasaron quince años desde que el alienígena le quitó los sentimientos a Lucas y le proclamó su esbirro. En esos quince años, Lucas había hecho cosas muy malas para el multiverso. Lucas había matado, destruido planetas e incluso galaxias enteras con su bolígrafo mágico. El alienígena le fue subiendo puestos en su imperio, pasando de ser un simple esbirro malvado, a ser la mano derecha del alienígena y jefe de sus esbirros.

Mientras Lucas hacía todo tipo de cosas horribles, sus padres tuvieron una hija. Decidieron llamarla, Sofía, Sofía Pottennick. Sofía era una niña feliz, alta, con los ojos color miel y el pelo largo, reluciente y de color castaño claro. Ella era una niña con una vida normal, sus padres la querían, sus compañeros (del instituto) no la trataban mal y todo en su vida iba por raíles. Pronto sería su décimo quinto cumpleaños y ella no sabía que su regalo de cumpleaños le podría cambiar la vida...

Los días siguientes (antes de su cumpleaños) fueron como siempre, demasiado normales. Pero el día antes de su cumpleaños fue muy distinto. Como a sus padres se les había olvidado por completo comprarle el regalo de cumpleaños, no pararon de preguntarla (desesperadamente) lo que quería por su cumpleaños y ella dijo lo mismo que su hermano (para darles una pista):

-- ¡Quiero algo que sea muy barato!- exclamó Sofía irritada por las insistencias-.

Ellos pensaron en un regalo barato que pudiese salvar a Lucas y se les ocurrió ir de nuevo a la escalofriante papelería abandonada (que había vuelto a su sitio cuando el alienígena percibió la magia de Sofía). Los padres de Sofía, ni se preguntaron porque la papelería había vuelto a su sitio, solo tenían en mente salvar a Lucas, así que rápidamente fueron a la papelería y entraron. La escalofriante papelería seguía como siempre, como un basurero. Los padres se pusieron a buscar y a buscar algo que pudiese ayudar a Lucas (venciéndole) y encontraron solamente una goma. <<Dicen que algunas gomas borran tinta>> pensaron sus padres y al final
decidieron llevársela, así que hicieron lo mismo que la última vez, dejaron tres euros en la caja y salieron pitando de aquel escalofriante lugar.

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Cuando llegó el día de cumpleaños de Sofía, todo fue distinto, pero eso la benefició. Primero ella no pudo ir al instituto porque las calles (y el propio instituto) se habían inundado por el agua de aquel lluvioso día. Como todo estaba cerrado por las inundaciones, sus padres y ella se quedaron todo el día en casa celebrando su cumpleaños. Por la tarde le dieron el regalo de cumpleaños y Sofía puso una mueca de extrañeza.

-- Me estáis tomando el pelo ¿no?- dijo bruscamente Sofía-.

A sus padres esta vez les dió igual si le gustaba o no, por lo que no se entristecieron. Sofía extremadamente sorprendida, pensaba que sus padres le estaban gastando una broma, que en realidad había otro regalo mucho más chulo que aquella rectangular y bien decorada goma de borrar. Pero por la mirada de sus padres podía deducir que ese era el único regalo.

-- ¿En serio?- preguntó Sofía para confirmar la broma-.

Ellos respondieron a aquella pregunta asintiendo. Entonces, Sofía irritada, se fue enfadada a su habitación por la "bromita" de sus padres. Ya dentro, Sofía cogió su nueva goma de borrar con fuerza y la tiró al suelo con mucha rabia. Pero al tirarla al suelo, la goma de borrar, no rebotó como las normales, no, sino que hizo un gran agujero en el suelo que hizo que la goma cayese en el suelo del vecino de abajo y comenzase a borrar el suelo de este. Sofía se quedó muy sorprendida con lo que acababa de suceder y como no lo entendía, quiso investigar porque aquella goma borraba todo en vez de solo el lápiz. Así que como Sofía era bastante alta, bajó por el agujero y cogió su goma en el suelo del vecino sin que se diese cuenta y luego volvió a subir agarrándose del techo. Sofía, para que sus padres no viesen aquel agujero tan grande que había hecho, lo tapó con una toalla que puso encima y comenzó a investigar esa goma mágica. Lo único raro que le parecía a Sofía sobre aquella goma (además de que lo borraba todo) es que a ella no la borraba, entonces se le ocurrió que la goma lo borraba todo excepto a los seres vivientes. Intentó seguir investigando pero tuvo que parar, porque sus padres llamaron a la puerta. Como ella lo quería mantener en secreto, antes de abrirles la puerta (que había cerrado por el enfado de que le regalaran una goma), escondió rápidamente la goma mágica en un cajón (que lentamente lo fue borrando) y entonces les abrió. Nada más abrirles, se disculparon por el regalo:

-- Lo sentimos de verdad Sofía, nosotros queríamos que te gustase...- se disculpó Houdson (padre de Sofía y Lucas) algo triste-.

-- Si, lo sentimos, en serio, pero tenemos una noticia que te va a encantar...- anunció Middley (madre de Sofía y Lucas) amistosamente-.

-- No pasa nada, je, je, fui muy dura con vosotros, me puse así por la primera impresión que me dió el regalo, pero al final me ha encantado, no hace falta que me lo compenseis...- explicó Sofía para evitar malos rollos-.

-- ¡Tienes un hermano mayor!- anunció algo nervioso, sin más dilación, Houdson-.

Al escuchar las palabras de su padre, Sofía quedó extremadamente sorprendida. A causa de las emociones que le había causado aquella anunciación que la acababa de hacer su padre y también por culpa de aquel regalo tan inexplicable, Sofía cayó rendida al suelo, desmayada.

CONTINUARÁ.........

Lucas Pottennick y el bolígrafo mágicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora