Noisy Boy (PresentMic x OC)

II

Transcurrió un mes desde que conocí a aquel rubio. A veces quise verlo, pero quizás mi orgullo me detenía, tampoco sabía con qué cara verlo luego de haberlo rechazado de aquella forma; solía escuchar su programa de radio cuando trabajaba hasta tarde.
Traté de alejar mis pensamientos sobre él y me dediqué a buscar una editorial. Al tiempo encontré una dispuesta a publicar mis libros, mi trabajo consistía en ser escritora. Al llegar a Japón tuve que finalizar mi contrato con mi antigua editorial, quise comenzar a publicar en aquel país, ellos se negaron.«Lamentablemente nuestra distribuición no cubre hasta Japón, nos sería dificil establecernos allá», dijeron.

Hace unos días vi al rubio en televisión, al parecer también era profesor de una prestigiosa academia la cual había tenido muchos problemas debido al secuestro de un estudiante por parte de villanos.
«Ahora que lo pienso todos en Tokio han estado vuelto locos por un tal All Might y la Liga de villanos.» pensé mientras recorría las calles de aquella ciudad.

—Realmente elegí una ciudad problemática—dije entre suspiros mientras apreciaba los pasteles del mostrador—.Quiero el pastel de chocolate por favor

Decidí darme el valor y visitar al chico, quería devolverle el favor de aquella vez. Tal vez estaría algo deprimido por todo lo ocurrido.
Como todavía era horario de clases me dirigí a U.A, no fue difícil hallarla, al fin y al cabo era el edificio más grande que había visto hasta el momento.
La entrada era inmensa, de hecho todo en aquel lugar era gigante. No pude evitar sentirme algo intimidada ante ello.

—Quizás debí venir más formal—dije para mí misma en voz baja. Había decidido usar una polera sin mangas negra, unos jeans algo rasgados. Para protegerme del viento primaveral usé un cardigan negro junto a unos tacones del mismo color; mi cabello como siempre, iba alborotado y mis labios, color carmesí.

—Disculpa, ¿puedo ayudarte en algo?.—Un tipo musculoso y un poco intimidante se acercó a mi, llevaba un traje rojo cerñido al cuerpo. Me miraba fijamente, su rostro era severo, pero su tono de voz calmado.

—Bueno.—Quedé en blanco durante un momento, había olvidado por completo el nombre de héroe de aquel rubio—. Busco a un tipo rubio, de esta altura y muy ruidoso.—No me quedó de otra que describirlo, me sentí como una idiota.

El tipo soltó una carcajada al escucharme.—Te refieres a Mic, lo llamaré en seguida

No pasó mucho rato hasta que llegase el rubio, llegó con toda prisa ante mi. Al escuchar su voz volteé a verlo, sin embargo llevaba una apariencia totalmente distinta, su cabello parecía desafiar la gravedad mientras que llevaba unos extraños lentes junto a un aparato en su cuello, no supe como reaccionar ante su apariencia. Cómo es que alguien podía cambiar tanto por unos simples detalles.

—Tú, ¿eres el rubio que conocí en el aeropuerto?—pregunté con un poco de desconfianza.

—¡YES!, claro que ahora llevo mi traje de héroe.—Se le notaba algo agitado.

—Lo siento, no puedo con esto. —Observé su apareciencia detenidamente, caí en conscecuencia de que realmente era un héroe, además, estaba interrumpiéndolo en su trabajo. Normalmente no solía ser tímida, pero aquel tipo me ponía los nervios de punta.

—Hey hey, ¿qué sucede?.—Me tomó del brazo con gentileza mientras me miraba fijamente a los ojos.

—... Toma.—Estiré mi brazo hacia él ofreciéndole el regalo que había comprado para él, no podía ver su rostro directamente. Temía que notara mi rubor, me limité a desviar la mirada con el entrecejo fruncido.

—A PRESENT!? .... TO ME!? .—Su voz comenzó a alzarse con fuerza.

—No grites tanto, es solo algo pequeño en agredicimiento por haberme ayudado aquel día en el aeropuerto y bueno.—El tono carmín volvió a aparecer en mis mejillas—.Supe lo que pasó con U.A y quise traerte esto, quizás podías estar algo deprimido por eso y bueno—barría todo el lugar con mis ojos intentando no toparme con la mirada del rubio, pero fallé. A pesar de llevar gafas oscuras podía ver sus ojos penetrando en mi, tenía una cara de estúpido con la boca entreabierta y su rostro paralizado.—Oye, no me dejes con el brazo estirado, tómalo.