- 5 -

22 3 0
                                    

–Sí... Aquí estoy– dijo Bryan con el tono más bajo que su timbre de voz le permitiese.

El chico malo tomo su cigarrillo encendiéndolos con todo el cinismo del mundo, lo dirigió a su boca he inhaló todo el humo que pudo, lo mantuvo dentro de él, permitiéndose sentir como picaba el humo en su garganta, sintiendo como lo mataba lentamente.

–Vendrán por mi Freddy
–Bueno peter pan, escucha no acostumbro a esto, como decirlo... Los hombres no me van, pero me encantaría volver a verte.

Después de todo el chico rudo había abierto sus sentimientos, veía divertido a Bryan cuando el se encogía ante su confesión.

–Lo siento Freddy, eso no va a pasar.
–¿Qué?

Dijo el rizado sin perder su buen humor.
Bryan dudaba tanto en decirle.
Pasaran segundos, minutos, y todo volvió a ser como el principio, tenso.

–¡Mouque! Es hora, te largas y feliz año nuevo.

Miro dudoso a Freddy y se acerco a él...

–Freddy...
–Tienes que irte campanita.
–¿Freddy?
–¿Ashley?
–¡No es verdad! Las dos personas que saldrían por alcohol quedaron aquí.
–¿De donde lo conoces?

Preguntó Freddy enseguida.

–Este imbécil es mi hermano. Ha venido aquí a pasar la navidad y el año nuevo, en tres días regresa a Francia.
–¿Francia?

La rubia asiente complaciente de la platica que sostiene con el intimidante chico que estudia con ella.

–¿Quieres que pida tu salida?
–No hace falta...

Sin dejar de mirar a Bryan camino a a la salida y cruzo un par de palabras con el guardia quien asintió.

Salió por la puerta sin nisiquiera voltear y calando su cigarro.

–Freddy espera, lo que paso... Yo de verdad quiero...
–Silencio campanita, peter pan o como te llames, quizás en otra vida.

El corazón del tímido Bryan se comprimió, se hizo pequeño y no entendió porque.
Tal vez es de esos instantes que suceden y terminan siendo el mejor recuerdo, o lo que deseamos que todos los días sean realidad.

Lo vio marcharse sin siquiera voltear, vio desaparecer el momento más loco y genial de su vida.

Mientras que el chico rudo usaba una vez más el mecanismo de frialdad para evitar algún sentimiento que le afectara.
Borraba como una maquina computarizada todos los minutos que había estado en esa celda, sin querer aceptar que lo que sentía no era algo que quisiera dejar de sentir.

No le había dado su número, terminaría por irse a Francia, y no lo volvería a ver... Quizás ni en otra vida como le había dicho.
Y vaya que se sentía estúpido.

¿Y si regresaba con su pelinegro?

Quizás no había sido coincidencia estar justo ahí dentro, con él, pidiendo sus deseos sin uvas, sin shots, pero con besos.

...

--*--
Aun hay más, y quiero decirles que voy a matarlos por dejarse.. XD

¿Quieren más?

-SHS_Villalpando™

ATRAPADOS [Breddy] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora