Y ahí estaba, el enemigo de la muerte avanzaba lentamente con un ejército de caotizados en dirección al guantelete con su tono metálico y oxidado en la pequeña vitrina que lo contenía.
«Demasiado fácil» se dijo Constantine mientras extendía la mano con una leve aura obscura, el caos surgió de su palma en dirección al pequeño contenedor.
-¡No tan rápido!- se escuchó no muy lejos, el enemigo dio la vuelta para dar la señal de retirada, pero al hacerlo vio como a su ejercicio se lo tragaba un remolino de oscuridad al tiempo que el Alkahest se desvanecía de su urna, al darse cuenta de que no había escapatoria el chico se puso de frente con su oponente.
- Nos encontramos otra vez... Verity - gruñó.
- Constantine - contestó mientras esta colocaba una especie de cristal en el guantelete cobrizo.
El joven enemigo se abalanzó sobre la makaris con el vacío en sus manos, pero esta no se inmutó, en cambio se lanzó al ataque y rozó a Constantine con el artefacto, al contacto se puso al rojo vivo mientras el enemigo caía al suelo con un dolor inmenso mientras el aura obscura que tenía en su mano se desvanecía.
- ¿Acaso crees que con eso podrás vencerme? ¿Qué no sabes quién soy yo?-
- Si sé quién eres, Constantine, perdiste a tu hermano en un accidente con la magia del caos, te desesperaste tanto que te propusiste regresarlo a la vida, pero en cambio te convertiste en un ser despreciable que trataba de frenar la muerte, "el enemigo de la muerte", pero aquí la pregunta es ¿Tú sabes que es esto? - dijo mientras retiraba la pequeña piedra que había puesto en el guantelete, antes blanca ahora de coloración negra. - Es curioso, ¿No? Con esta pequeña piedra, invención del maestro Rufus, puedo extraer la magia del caos de un ser y entregarla a otro, lo único que necesita es un roce.
Al escucharlo Constantine tocó el rasguño que le había hecho en el brazo y sintió como la magia del caos dejaba de fluir por el, después el caos lo envolvió, Verity había lanzado su último ataqué y entonces cayó.
Finalmente el enemigo de la muerte había muerto.
A causa del agotamiento por emplear tanta magia del caos sin contrapeso, Verity se desmayó, y al contacto con el piso la pequeña piedra con la magia de Constantine se desprendió del Alkahest y se perdió.
***
-¡Es Joseph!- gritó Alastair al ver como se le caía la mascara al maestro, el enemigo no se había presentado a la batalla.
Sin pensar Alastair corrió a La Rinconada lo más rápido que pudo, si Constantine no estaba en el campo de batalla no podía significar nada bueno.
Al ir subiendo por el abismo moldeaba el hielo del glaciar haciendo puntos de apoyo para manos y pies. Iba muy rápido, tanto que en un descuido podría caer, pero no se atrevía a ir más lento. Cuánto más subía más miedo tenía.
« Que no les haya pasado nada, por favor que no les haya pasado nada »
Al llegar a la cueva lo recibió el susurro de las conversaciones y la risa de los pequeños mientras jugaban, aliviado siguió avanzando, y al entrar completamente en ella vió a todos los magos y brujas que no podían estar en el frente, heridos, madres y sus hijos y algunos ancianos, y entre ellos la vió, Sarah, su esposa que traía en brazos a su pequeño hijo, Callum, mientras hablaba alegremente con su hermano, Declan.
Un escenario muy diferente al que había imaginado.
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¿Y sí....? La Prueba De Hierro
Fanfic¿Y sí Call no fuera el enemigo de la muerte? ¿Qué tal que nunca ocurrió la masacre fría? ¿Y sí Joseph hubiera sido detenido? ¿Qué hubiera pasado sí los magos no hubieran hecho el alkajest o si lo hubieran protegido? ¿Y si Sarah nunca hubiera muerto...