Capítulo 1

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Lo único que podían escuchar sus oídos en aquel departamento, era el sonido de las noticias que pasaban por el  televisor, y el sonido del pan con queso siento freido sobre el sartén. Mientras una melancolía Uraraka cuidaba que su desayuno no se quemara, para después dar un sorbo de café de su taza.

Desde hace meses, aquello se había vuelto su rutina diaria.

La televisión se había convertido en su compañera de plática, y la cocina la que le brindaba algo de calor y dulzura.

Porque desde hace tiempo Bakugo ya no convivía con ella. No como antes.

Recuerda cuando recién llegaron al departamento juntos, por primera vez iban a vivir juntos como una pareja de novios.
Hacían casi todo juntos; despertaban al lado del otro, desayunaban juntos, cada quien se iba por su camino para ir al trabajo, cenaban juntos, limpiaban, y terminaban el día acostados en la cama contando cómo les había ido en su día, mayormente Uraraka era la que más hablaba de eso, y los fines de semana o dormían todo el día o salían a pasear y divertirse.

Porque sabían que ser Héroes era agotador, lo sabían desde que un principio cuando tomaron la decisión de serlo.
También sabían que consumía demasiado tiempo, por eso intentaban pasar todo el tiempo juntos posible.

Pero todo había cambiado.

Bakugo ya no pasaba tiempo en aquel departamento. Y se sentía realmente sola.

Ahora se levantaba y no encontraba a nadie a su lado, su mente algunas veces la engañaba he imaginaba su silueta a su lado, pero en cuanto intentaba tocarla se rompía aquella imagen y solo acaricia el lugar en donde el debería estar. Ahora desayunaba sola, no escuchaba su somnolienta voz y sus sonoros bostezos. Ya no tenía a quien decirle "Nos vemos en la cena", y cuando volvía ya nadie la recibía con un "Llegas tarde, cara redonda".

Y en donde más se sentía sola era a la hora de dormir en aquella gran cama matrimonial en donde ellos dormían, era demasiado fría y grande para ella si no estaba el, si no estaba acostado con una almohada en su cara diciéndole que apagará el maldito foto porque ya quería dormir y la luz no lo dejaba, o mientras se acomodaba en la cama acariciaba su cabello reboltoso, y se pegaba más a él, comentándole como le había ido en el día y preguntándole a él también como había sido su día, sacando pláticas raras y divertidas, ahora solo sentía su ausencia, la llenaban de nostalgia y tristeza.

Todo había cambiado de un día para otro.

De pronto Katsuki dejo de dormir y despertarse a su lado, había días en los que no siquiera se veían, y con una mano podía contar las veces en las que desayunaron o cenaron juntos. A veces pensaba que había sido secuestrado o se encontraba en una misión secreto, pero la ropa sucia en su canasto decía que no, que el llegaba a casa, se cambiaba y se iba. O es lo que imaginaba.

Si no fuera por las fotos que tenía tanto en su celular, como en los recuadros del departamento hubiera olvidado su cara, su ceño fruncido, sus ojos rojizos que le transmitían un falso calor, su revoltoso cabello y las pocas sonrisas que había conseguido capturar, pero de lo que si se había olvidado fue de su verdadero calor, del aroma que el emanaba y salía de su cuerpo, extrañaba abrazarlo y oler su exquisita esencia directamente; su voz, tan ronca y ruda pero dulce a la vez, que te hacía temblar pero no podías evitar querer escuchar más, porque ya ni quisiera la llamaba o le mandaba mensajes de voz.
Solo secos mensajes de texto de que no llegaría hoy y que no lo esperara.

Apagó la estufa y fue consumida por sus pensamientos, intentaba pensar el porque del comportamiento de Bakugo.

Tal vez la estaba evitando.

Puede que allá hecho algo que lo hiciera enojar y por eso se estaba comportando de esa manera, pero era estúpido, cuando algo le molestaba aquellos dos, se dejaban de rodeos y lo decían directamente para solucionarlo de manera rápida y eficaz.

Tal vez estaba agarrando horas extras en su agencia porque aún deseaba ser el número uno, superar a Deku y demostrar que es el mejor.

Pero dudaba de aquello, sus agencias cooperaban entre sí la mayoría de veces, así que siempre lo veía de lejos, (porque no podía llegar y saludarlo cariñosamente o preocuparse de manera  obsesiva cuando luchaba y salía mal herido, solo en la casa, ya que para el mundo ellos solo son compañeros de trabajo, y solo sus amigos más cercanos sabían de su relación.) O siempre se decía que estaba colaborando con "x" héroe en una batalla, pero nada de eso había pasado en los últimos meses, en realidad ya ni siquiera lo veía o escuchaba sobre el en su agencia.

Una idea vaga le llegó de repente, pero la descarto rápidamente, era demasiado ridícula.

El sonido de unas llaves y una puerta abriéndose la saco de sus pensamientos.

Silencio | KacchakoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora