Love.

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Amor
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Pensé que jamás iba a escribir sobre ésto, pero aquí estoy, y aquí están ustedes leyéndolo, por lo que no haré tan extensa la entrada y sólo intentaré ser lo más profundo respecto al tema de hoy.

Al igual que siempre, es una experiencia personal la que lleva a escribir ésto, y en particular, es quizá un poco más triste que las anteriores. No sé si alguna vez han pasado por lo mismo, y espero que si no, jamás tengan que experimentarlo.

A diferencia de otras personas, es muy difícil para mí el poder expresar amor, afecto, cariño, etcétera, pero no es sólo el simple; no me gustan los abrazos, no, es más allá de eso, es una cualidad que jamás he sentido que poseo, y que me ha traído problemas a lo largo de mi vida, y esa es la capacidad de amar. No es que los odie a todos, no, es sólo que jamás he sentido amor por nadie, y me duele un poco asumirlo, pero fuera de decirle a mis familiares que los amo, porque está mal visto no hacerlo, no lo siento. He visto a mis familiares más cercanos llorar por la muerte de otros de ellos, y los he apoyado, pero no he sentido lástima en lo absoluto por lo ocurrido, me he imaginado a mi en esa situación, llorando por la muerte de alguien que sea fundamental en mi vida, pero no me causa nada, no es algo que me haría sufrir, es algo que me es ajeno, como si estuviese viendo externamente lo que hago, sólo lo veo y no lo siento.

Es entonces cuando me sentí en la obligación de amar a alguien, de generar un vínculo tan cercano que recordara todos los días lo mucho que me alegra tener en mi vida a esa persona. Y conocí a alguien, me llamó la atención, y sin olvidar lo que necesitaba, o lo que quería sentir, intenté que sintiera algo por mí, lo cuál pasó, pero no como lo esperaba. Intentaba convencerme todos los días de que me gustaba, de que lo quería, de que iba a ser lo mejor que me podía pasar, pero al acabar el día notaba que eso no pasaba, fuera de que sólo me llamase la atención, no había nada más que sintiera por su persona. Les decía a mis amigos lo mucho que me gustaba, pero no lo sentía, eran sólo palabras vacías, y luego lo supe, pero tampoco quería asumirlo, quería pasar por lo que todos, quería sentir cómo se me rompía el corazón, pero ni siquiera eso podía sentir, es como si algo en mi no funcionara, algo en mi estaba mal.

Pero no todos somos iguales, quizá sólo no era el momento de que pasara, aún soy joven, aún hay mucha vida por delante, sólo no era el instante, sólo no era la persona... O quizá sólo era yo.

Finalmente, sólo tuve que vivir con eso, y me di 48 horas sólo para mí, donde no me importara lo que pasaba a mi alrededor, para pensar y reflexionar al respecto, y despejar la mente. Luego de darle muchas vueltas al tema, supe que era el momento de dejarlo ir, ya iba a ser el momento, algún día, querer forzar las cosas era lo que me hacía mal, era yo quien me estaba generando eso, sólo tenía que dejar las cosas fluir por si solas, tenía que dejar de esforzarme en sentir algo que es espontáneo, que no hay que pensarlo tanto, sólo dejarlo pasar, y ojalá me hubiese dado cuenta antes de todo esto, ojalá ustedes tengan en cuenta todo esto, el amor no se fuerza, sólo se vive.

Esta historia aplica a todos los aspectos de la vida, desde el amor propio al amor a tus amigos, o a tu pareja, sólo tienes que ver cómo aplicarlo, y si eso no funciona, sólo dejarlo fluir. Pero recuérdalo, jamás dejes que los demás opinen sobre lo que haces de tu vida, si eres muy frío, o muy cariñoso, si haces cosas que te perjudiquen, o si eres demasiado correcto, después de todo es tu vida, y eres tú quien tiene que estar satisfecho con ella, y no importa si no amas al resto, o si ellos no te aman a ti, mientras tú te ames está todo bien, tu amor propio es lo único que necesitas para que todo pueda salir bien, quizá no le agrades a todos, pero siempre habrá gente que estará contigo, y ellos son los únicos, además de ti, que merecen tu amor.

Depression.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora