Cold.

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Frío
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"Frío es lo que recorre mi espalda cuando me acerco, no sé si es porque ha pasado mucho tiempo desde la última vez que recibiste cariño, o si te esmeras en que lo parezca."

No es realmente grato depositar esperanzas donde jamás hubo nada, siquiera deseos, siquiera las ganas, apenas la idea de poder lograrlo, pero ahí vas a depositarla, esperando que fluya y resulte por obra del destino, pero no te entrometes y sólo lo admiras desde lejos, queriendo muy dentro que pase.

Quizá no es certero, quizá no es preciso, pero es muy cercano al cómo me siento viviendo con ésta condición, con ésta incapacidad, con la carencia más profunda que se podría tener, y no puedo sentir algo más que no sea indiferencia; la misma que me atormenta cada día, la misma que mi mente convierte en miedo; miedo de no reaccionar como la multitud y conseguir la etiqueta de inhumano.

Aquello que distingue nuestra especia de las otras es la capacidad de razonar; es necesaria, indispensable, el razonamiento te lleva que distinguir el bien del mal, adquieres empatía, sientes rabia, tristeza y amor, todo a través del razonamiento. Pero a veces naces trastornado, si bien tu área de razonamiento funciona a la perfección, un subconjunto de ella se ve afectado, es como si se extraviara en el fondo de tu cerebro y no pudiese salir nunca de allí sin estímulos, estímulos particulares que no cualquiera se detiene a activar en lo demás, en aquellos que lo necesitan; los sentimientos son aquellos que se ven atormentados por este trastorno, se vuelven una carencia profunda que te vuelve indiferente y a veces incomprensible.

El ambiente es el siguiente: un familiar fallece, están en su entierro, todos que tu alrededor lucen tristes, destrozados por la perdida, y lo puedes notar por sus expresiones, todos lloran, menos tú. El estímulo no fue suficientemente fuerte para lograr que te camufles en el ambiente, en ti no se despierta nada, entiendes el motivo de la tristeza porque puedes razonar, pero no entiendes porqué deberías llorar, tampoco sientes empatía, pero aún así consuelas a tus parientes porque sabes que es lo que deberías hacer, pero no nace de ti.

No sé realmente de qué otra forma puedo explicar esto, porque no lo siento, es lo que oigo que los demás dicen de mí, lo que la psicología cataloga como un trastorno, la sociedad como anormal y los adolescentes como ordinario lo que me pone a pensar si realmente debería preocuparme por ello, es lo último que me pone a pensar al final del día, pero hay situaciones que lo ameritan, aquellas que te dejan pensando si será verdad aquello que dijeron.

No vivo neutro, a veces toco la cima de la euforia, otras toco fondo, soy humano, cometo errores y los soluciono como puedo, intento dar lo mejor de mí. Soy humano, también siento, pero me cuesta más que a ti, vives en una montaña rusa de sentimientos, yo sólo camino a mi paso, no apuro las cosas ni tampoco las evito, todo a su debido tiempo. Pero, aquí el pero; también quiero ser como todos, son cosas mínimas que también quiero sentir; preocuparme por cosas tontas, poder dar un abrazo cálido que salga desde el fondo del corazón a todos los que pueda y dejar un poco de mi en todos, que piensen en mí como un ser con mucho cariño para dar y recibir, no quiero ser intocable, quiero ser como todos.

Depression.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora