1: El asesinato

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Colecciono todos los artículos del periódico relacionados con el asesinato desde Noviembre; es la única manera de mantenerme dentro de la realidad. Verlos causan un gran vacío en mi estómago pero es la única manera de recordarlo.

Algunos de esos recortes tienen como encabezado que un asesino en serie, gente muerta aparece todos los días y no necesariamente tiene que haber un asesino en serie. Gran parte de esos recortes los tengo pegados en la mitad de mi habitación, pero mi madre siempre ha estado en contra de esos recortes, claro. Es un cuento de nunca acabar.

Siempre que aparece un nuevo cuerpo en la calle, la prensa trata de relacionarlo con el asesinato de mi primo. Aunque él y yo no éramos tan unidos, nos teníamos mucho afecto. Tenía dieciocho años cuando fue asesinado, entraron a su casa en plena madrugada y simplemente lo clavaron un cuchillo. Aún me cuesta creer que la prensa relacione su asesinato con otros asesinatos cuando fue mi testimonio el que provocó que Karina Cabrera ingresará a la presión. Yo estaba la noche que lo asesinaron y cuando el asesino se fue, pude observar el abrigo de Karina. Ella era una exnovia de Ricardo, actualmente tiene veintidós años y sigue en prisión.

También tengo recortes de periódico dónde salgo yo. Fue demasiado sencillo para la prensa nombrarme el vencedor del caso, gracias a mi Karina está en prisión. Creo que se lo merece.

Desde el mes de Noviembre del año pasado que me siento terrible, pensaba que después de casi un año los recortes se convertirían en un recuerdo, pero cada vez que los veo siento pena por mí mismo.

Mi madre, quién ha tenido que batallar conmigo y con mi hermano pequeño, Alejandro; tan sólo tiene doce años y mi madre parece que no nos soporta a ambos. Es una mujer de mediana edad y tiene un gran problema con el cigarro. Siempre me recuerda que Alejandro y yo podemos ser mejores que mis hermanos mayores: Casey de veintiocho (desconocemos su paradero); Daniel de veinticinco; Edgar de veinte; Yo (Juan Carlos) de quince y finalmente mi hermano Alejandro de doce.

Hoy, veintinueve de Octubre mi primo cumpliría diecinueve años; el tres de noviembre cumple un año de muerto. Por alguna razón, su madre no quiso celebrar su cumpleaños junto con su velorio, pero no importa, ya está muerto.

Son las siete de la mañana, todo la luz a mi alrededor choca con las paredes blancas y la habitación se ilumina por completo. Me cuesta trabajo levantarme, pero unos minutos después ya estoy sentado en el sofá con un tazón lleno de cereales.

Y para antes de mediodía ya estoy en casa de Nancy, la madre de mi primo, con mi mejor amigo: Alan.

Entonces pasa el momento más extraño que jamás haya visto. Nancy pierde los estribos y rompe en llanto.

-¿Está bien?-Me pregunta Alan. Su apariencia es de un chico bueno; cara redonda, ojos claros, tez morena y una cabellera negra; pero siendo sincero es el más hijo de puta de mis amigos.

-No lo creo-contesto-. Hace casi un año que su hijo fue asesinado, pero supuse que ya lo habría superado.

Mi madre nos echa una mirada y después se vuelve hacía Nancy.

-¿Puedes calmarte por el amor de Dios?-Dice mi madre casi tomando a Nancy por el cuello-¡Ya ha pasado un año! ¡Llorando no lo traerás de vuelta!

Este tipo de conversaciones suelen poner mis nervios de punta, pero mi madre tiene razón, llorar no es la respuesta. Ver a Nancy llorar me hace recordar a mi en Navidad del año pasado, siempre que pasaba por mi habitación y veía los recortes me esperanzaba con mi Ricardo llegaría pronto por la puerta principal con un regalo para todos. Sólo me engañaba a mí mismo.

-¡Lo han sacado!-Dice Nancy sollozando

-¿Qué?-Pregunta mi madre desconcertada-¿Cómo que lo han sacado?

Matar Es una Experiencia ExtrañaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora