Una serie de asesinatos conmociona a Londres ¿Eres capaz de encontrar al responsable y no morir en el intento?
Bienvenido al primer GRAN DESAFÍO del perfil, la hora del misterio comenzó.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
***
El cadáver de la dama presentaba una incisión perfecta a lo largo del torso, se extendía por el centro, desde el pecho hasta unos centímetros por debajo del ombligo. El corazón había sido cuidadosamente extraído y la sangre drenada sin derramar una sola gota sobre el suelo.
Las murallas de La Torre de Londres ocultaban la escena del público, aunque por la mañana había sido todo un espectáculo para los turistas que visitaban el castillo.
Gary sintió náuseas por un instante, pero la emoción de sentirse en los zapatos de Hilliard, más de un siglo después de los acontecimientos de Jack, era más fuerte que la repulsión que la imagen le provocaba.
—No caben dudas de que está imitando a Jack el Destripador... diría que demasiado bien —dijo el profesor a los oficiales.
Los policías cubrieron el cuerpo después de que Gary Downey terminara de inspeccionarlo. Prendió luego un cigarro y trató de pensar como lo haría Hilliard.
No muchos sabían sobre la existencia del Detective Victoriano, como solían llamarlo, y la historia oscura en la que se había visto envuelto persiguiendo a Jack, por alguna razón, Inglaterra siempre se empeñó en ocultarla, al igual que todo el trasfondo macabro que había implicado. Decían, los pocos estudiosos que se habían dedicado (y animado) a desentrañar la cara oculta de los crímenes de Whitechapel, que intereses de la reina Victoria habían motivado tal encubrimiento, incluida la figura de Thom Hilliard. Lo cierto es que mucho se especulaba y poco se sabía con certeza, pues, en realidad, todo lo referente al criminal más famoso del siglo XIX era un misterio más bien provocado, aun en la actualidad.
Gary Downey era un gran admirador de Thom,aunque poco podía decirse públicamente sobre él, pues las presiones de una uotra manera siempre llegaban. El apellido "Hilliard" era un tabú en el corazónde la Corona inglesa.