Él viene a mí,
a mis exiguos y mezquinos sueños,
él me habla de-
aquellos adagios perniciosos que hoy en día son la razón de mi desasosiegoMe pone a pensar,
sobre que podría haber dicho-
que podría haber hecho,
para poder haber evitado-
disputas innecesarias con aquella persona,
a quien yo le diría cabrón si no fuera por lo que ha hecho por mí-
Pero con mucha razón lo haria por lo que me ha hecho a mí.Mis palabras son secas, así como este escrito,
así como esos sueños-
y como aquel ente que visita mis deshidratados mundos en mi bola de nervios que llamo cabeza,
Es estúpido-
¿Que?
No lo sé-
Las cosas que me suceden supondría.