[Una noche sin reglas]

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Permíteme sentir el calor que de tu cuerpo emana, para así perderme en la curvatura de tus caderas, de tus muslos. Concede a mis manos moldear la forma de tus senos a mi conveniencia, que estas aprecien la suave dureza de tus pezones.

Autoriza a mis dedos el curiosear cada rincón, cada pliegue, cada esquina de ti, porque las yemas de mis dedos de ansias mueren por aventurarse en tu cuerpo, queriendo comprobar así la tersidad de tu piel.

No me prives de oírte suspirar, quiero, necesito sentir la cálida humedad de tu aliento. Cada gemido, cada jadeo, cada suplica y silencio, mi avaricia lo anhela, lo reclama todo.

Te dejaré sorprenderme, intentaré sorprenderte también.

No temas, ni pienses ni dudes, sólo desiste de ti. Abandona la sensatez, la vergüenza. Húndete en mi pecho, alójate ahí, entre mis brazos. No dejemos ningún espacio de tu cuerpo sin haber sido, por mis labios, tomado.

Siénteme en cada estocada, nota como vuelvo a ti en cada una de mis embestidas, siempre a ti. Permíteme encajar con tu cuerpo, abrázame entre tus piernas, recíbeme, aférrame a ti. Déjame humillarte y enaltecerte a la vez, cédeme eso también.

Aventurémonos a atrevernos, a equivocarnos. Hagamos el amor, dejemos que él nos haga también, hagámoslo hasta que mi cuerpo se pueda permitir el recordar, durante tu ausencia, cada reacción, cada acción tuya.

Apostemos olvidándonos de las reglas, juguemos bajo el supuesto de que vamos a perder, y si se gana, se gana.

[Sentimientos De Un Escritor] FinalizadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora