Narra Finn.
La verdad, estoy muy feliz, mi rivalidad con Corbin ha terminado, me dolía demasiado tener que pelear con él, ya que llevo muchos años enamorado de él. Pero el no lo sabe, pero ya que ha terminado nuestra rivalidad, me he reunido de valor y contárselo. Me dirigí a su camerino y peté a la puerta. Corbin me abrió y me invitó a pasar. Nos sentamos en el sofá.
-Bueno, Finn, nuestra rivalidad ha terminado.
-Si, por fin.
-¿Quieres celebrarlo?
-En temas de celebrarlo... Quería decirte algo...
-Claro, dime.
Mi corazón comenzó a latir a mil por hora, mis manos comenzaron a sudar, necesitaba contárselo ya.
-Estoy enamorado de ti, sé que es raro, porque no pensaba que me gustaban los hombres, hasta que te conocí. Te amo.
Corbin no dijo nada, se dedicó mirarme con cara de sorprendido. Suspiré y me levanté del sofá. Di un paso hacia la puerta y cuando pretendía dar otro paso su mano se posó en mi antebrazo. Mi piel se erizó cuando su mano hizo contacto con mi piel. Me giré y nos volvimos a mirar. Nuestros labios se juntaron en un beso apasionado que iba subiendo más la intensidad y el calor aumentaba. Nuestras prendas de ropa estaban tiradas en el suelo mientras que nosotros nos besábamos sin control. Su mano descendió de mi pecho hasta mi masculinidad y la agarró con fuerza, haciendo que gimiera en su boca. Su mano subía y bajaba al rededor de mi miembro, haciendo que mi boca pronunciara su nombre en forma de gemidos. Con timidez, mi mano agarró su pene apretándolo contra mi mano, haciendo que gimiera. Corbin se hartó de masturbarme y soltó mi masculinidad y me empujó al sofá haciendo que quedara a cuatro patas. Me dio una nalgada haciendo que yo gimiera. Acto seguido introdujo su miembro en mi interior produciendo que ambos gimiéramos. Corbin comenzó a moverse. Sus embestidas fueron lentas, placenteras y profundas. Cada vez aumentaba más el ritmo. Mientras me penetraba, su mano estimulaba mi glande. Yo me corrí en el suelo y él en mi interior, produciéndome una sensación maravillosa. Me senté en el sofá y él a mi lado. Nuestras respiraciones eran agitadas, normal. Sus labios se juntaron con los míos.
-Yo también te amo Finn.
Volvimos a besarnos.
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Lo sé, lo sé, he tardado en subir este capitulín, lo siento. Y aún por encima es corto. Lo siento muchísimo. Sigan pidiendo hermosuras. Os amo.