TREASURE | YoongYeon

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"Todos somos escritores de nuestra propia historia." Bobadas.

"Sólo tú puedes cambiar tu vida" Tonterías.

"Todos pueden cambiar" Idioteces.

Si yo pudiera hacer todo eso, no estaría trabajando cada noche y cada mañana para pagar mis propios gastos. Estaría en una gigantesca mansión con personas que hagan todo por mí. ¡Ni necesitaría estudiar! Tendría todo a mi merced y sería la más rica de todo Corea. ¡Conocería a Ariana Grande!

Todo aquello pensaba Im NaYeon, una joven omega universitaria de penúltimo año que veía su vida como una tortura total. Pues, desde que decidió independizarse, supo que todo sería muy duro. Su primer trabajo fue el peor, las personas se aprovechaban de que era una novata -y omega- y siempre quisieron salirse con la suya. El segundo fue igual, y ni hablar del tercero. Actualmente está "acostumbrada" al tipo de personas con las que se encuentra, no le queda de otra más que lidiar con ellos.

-Nay!-una rubiecita se acercó corriendo hacia la mencionada y la rodeó con sus brazos-¡Te extrañé!

La pelinegra correspondió el abrazo de su amiga y suspiró.

-También yo, Tzu. No me he estado sintiendo bien para venir, ya sabes, el celo. Pero ya estoy bien, como nunca.- sonrió ampliamente y alzó los pulgares.

La menor puchereó.

-Pudiste habérmelo dicho y así te ayudaba, ¡no es bueno que pases tu celo sola! Puede ser peligroso, no hay nadie quien te pueda auxiliar en casa.

-Yah, estoy bien, vamos a clase.

Se separó de su amiga y escuchando los reclamos de su acompañante, se dirigieron a su próxima clase.

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¿Otra vez durmiendo, Min? Efectivamente.

YoonGi había tenido una muy mala noche, no pudo dormir ni un solo segundo, por lo que estaba lleno de ojeras y sueño. Se había quedado dormido en plena clase.

De no ser por el golpe de su amigo, estaba seguro que jamás habría despertado.

-Qué habrás hecho anoche que estás casi muriendo.

-Tonterías. Déjame dormir.

-Yoongi, esa anciana te estuvo viendo por toda la clase con una cara de asesina, en un rato volverá y no querrás saber lo que pasará.

El pelinegro soltó un chasquido y se reincorporó mejor, tomando postura y arreglando sus cabellos. Sabía que aquella ancian- profesora, era una pesadilla.

-¿Desde cuándo me das atención? Impresionante, primera vez que le quitas los ojos de encima a la omega dientona y los pones en mí.

-¡Oye!

Recibió un codazo de su amigo y sonrió burlón, le gustaba molestarlo con la chica que le gustaba. Pero en el fondo, odiaba a esa omega, la odiaba con todo su ser. Era molesta para su vista, nada personal, no le hizo daño, claro que no, solo le robó toda la atención de su único amigo durante toda la primaria, secundaria y ahora universidad.