Capítulo 24 - HAPPY BIRTHDAY, VERDADES DOLOROSAS- 1ra Parte

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Santana sabía que Kayle esperaba una respuesta a la pregunta que le había hecho antes de besarla. Sabía que lo correcto era ser clara y decirle que no había ninguna posibilidad de que volvieran a estar juntas, porque ella estaba con Britt y la amaba. Pero esos ojos verdes la estaban confundiendo más de lo que se atrevía a aceptar, esos labios sabían a una nostalgia exquisita y el calor del cuerpo de Kayle le atraía como un imán. Giró la cabeza como si eso le ayudara a despejarse, su razón estaba luchando diciéndole que en su mente ya tenía la respuesta, pero era su jodido corazón quien se negaba a decirle que existía una respuesta absoluta y su garganta no sabía a cual hacerle caso para emitir las palabras.

Su conciencia le gritaba que era una cobarde, una egoísta que no quería perder a ninguna y que al mismo tiempo se estaba arriesgando a perderlas a ambas. Porque como hayan sucedido las cosas, ella había engañado a Brittany, a su dulce bailarina que no se merecía nada de eso.

-¡Mierda!-. Exclamó con rabia-.

Y esa rabia no era contra la morena que la miraba intentado ver a través de ella, esa rabia era contra si misma por no poder ser consecuente con sus decisiones, por no poder dejar de hacerle daño a las personas que quería. Por lo que corrió buscando una inexistente salida. Una vez más corrió.

Pero ahora Kayle no la iba a dejar escapar con esa facilidad que lo hiso meses atrás, así que la siguió. Corrió tras ella, sin importarle nada más, ni el pasado que compartían, ni su presente dónde había más personas ni ese futuro que ahora simplemente consistía en una nebulosa, en una fotografía difusa que no mostraba con claridad quien o quienes eran las protagonistas del tan esperado final feliz.

-¡San detente!-. Le pedía Kayle-.

Pero la latina no quería escucharla, no quería porque sabía que las cosas se complicarían más, porque sabía que si se detenía debía enfrentar una realidad para la que no estaba preparada.

-¡Ya detente!-. Exclamó sujetándole el brazo y girándola-. No sigas escapando de mí-. Le rogo con desesperación-.

-Kay, ahora no, no puedo hacer eso otra vez-. Le respondió acongojada a punto de llorar-.

Y se vieron a los ojos, por lo que ellas pensaron habían sido largos minutos. Pero en la realidad no había sido tanto, ni siquiera habían notado que estaban en mitad del salón dónde las personas que habían estado bailando comenzaron a dispersarse. Kayle estaba buscando las palabras para decirle que nunca en todo ese tiempo había dejado de amarla. Que sus sentimientos por ella se guardaban intactos, esperando la más mínima señal para salir y darle todo lo que ella quisiera y necesitara. La morena estaba segura, ser ella todo lo que Santana necesitaba.

-Es momento de que la cumpleañera baile con su acompañarte-. Se escuchó por el micrófono que estaba dispuesto en un pequeño escenario-.

Eso produjo que las chicas reaccionaran y cuando lo hicieron notaron que eran las únicas ahí, bajo la atenta mirada de casi todos los asistentes.

Santana sabía que eso le traería muchos problemas, pero algo dentro de ella sentía que se lo debía a Kayle, que la chica se merecía mucho más que un escape, que por lo menos debían hablar, decirle que ya no quería volver a herirla. Así que tomó la mano que le estaba ofreciendo para luego aferrarse a su cuello, mientras Kayle se apropiaba de su cintura.

Mecieron sus cuerpos despacio y sin presiones, escuchando las primeras entonaciones de esa canción, en silencio, simplemente sintiendo el calor que el otro cuerpo le proporcionaba, imaginando que sólo estaban ellas dos, sin nadie más a su alrededor. Porque si así fuera, las cosas serían considerablemente más fáciles.

You'll never gonna love me, so what's the use?

Tú nunca vas a amarme, así que, ¿de qué sirve?

Sanando El CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora