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— ¡No, Harry, no lo hagas! —chilló Rapunzel mientras Eugene se tiraba al mar.

El guardia real estaba a punto de tirarse al agua por su protegido, pero la lógica estalló en su cara, no podía hacerlo, su armadura haría que se hundiese y no tenía tiempo para quitársela, así que Eugene reaccionó rápido y se lanzó en su lugar hasta el fondo.

— ¿Tu novio sabe nadar?

— Lo suficiente para salvar su vida —dijo Rapunzel con la vista fija en el agua, recordando ese agónico momento antes de su noviazgo donde él le confesó su verdadero nombre antes de casi ahogarse.

La princesa se llevó una mano a su espalda, con la intención de desatar su largo cabello y lanzarlo de cuerda para su novio, entonces recordó que ya no tenía ningún tipo de cabello mágico y sus ojos verdes se abrieron en pánico. Ella tampoco podía hacer nada.

— ¡Saltaré yo también, ve al palacio por ayuda! —le ordenó a Harry antes de saltar al agua helada.

Todo estaba negro ahí abajo, le era muy difícil abrir los ojos debido al agua y su cuerpo se quejaba demasiado por la falta de aire. Casi se le había olvidado el miedo que había pasado en aquella huida de los guardias reales que ahora la protegian, pero los guardias no podían saltar al agua. Y ella no sabía nadar. Y no tenía pelo mágico... Sintió sus ojos arder, posiblemente estaba llorando o tratando de hacerlo, Eugene y Varian... Dios, no podía hacer nada... Entonces sintió una presión en su mano que la tiraba hacía abajo. Su corazón se saltó un latido y chilló, perdiendo todavía más aire y por acto reflejo se agarró a la cuerda con la que el bote estaba amarrado al puerto. Entonces, un destello, una pálida luz azul lo inundó todo a sus pies, la princesa pudo ver que lo que la apretaba con fuerza era Eugene, quien la miraba también con el mismo terror, en sus brazos cargaba a un Varian inconsciente y el cabello ahora suelto del chico brillaba en azul como lo había hecho su pelo rubio con anterioridad. Eso hizo que Rapunzel recordase su pesadilla y estuvo a punto de soltar a Eugene debido al miedo. Pero se obligó a sobreponerse y dejo de forcejear. Sacó fuerzas de flaqueza para subir de nuevo al bote como buenamente pudo. Eugene entonces sacó la cabeza respirando agitadamente con el chico inconsciente en brazos. Ya era de noche en la superficie y la luz de luna contra el brillo del cabello brillante de Varian casi los ciega, pero siguieron adelante.

— ¡Ayudame! —Eugene chilló y Rapunzel estiró los brazos hasta tomar a Varian entre ellos.

El chico pesaba una barbaridad estando inconsciente, pero fueron capaces de meterle dentro.

— ¡Tumbalo de lado! —Eugene le ordenó y ella no dudó un segundo en hacer lo que él le ordenaba— Vamos, pequeño...

El mayor de los tres se acercó al pecho tremulo del menor y suspiró.

— ¡Respira, gracias a Dios respira!

Eugene le abrió la boca y al instante su cuerpo comenzó a expulsar agua salada. También rozó con sus dedos la frente empapada de Varian, solo con eso ya pudo notar su elevada temperatura.

"¿Por qué no escuché a Cassandra antes?" —pensó Eugene, echándose todas las culpas de lo que estaba sucediendo mientras intentaba reanimarle con una RCP.

— Vamos, amigo, no nos dejes, no nos dejes...

Rapunzel, en una esquina del bote, le veía tratando de respirar, quería moverse y sin embargo había algo que se lo impedía. Estaba teniendo un ataque de pánico. Solo podía imaginar los ojos de Gothel sobre ella, señalandola con el dedo.

Madre sabe más.

— ¡¿Qué ha pasado?! —tronó la voz del capitán de la Guardia corriendo con Pete, Stan, Harry y Lance detrás de él— ¿Princesa, qué os sucede?

Dejame ayudarte a olvidarme (Cassandra x Varian)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora