ℝ𝕖𝕔𝕦𝕡𝕖𝕣𝕒𝕟𝕕𝕠𝕥𝕖 >>>𝒔𝒕𝒐𝒏𝒚

Confesión inesperada

VII

Siempre había tenido el sueño ligero, al mínimo ruido ya se encontraba arriba y bien despierto. Por eso es que al instante en el que Tony dejó su habitación se había dado cuenta.

Pensó que simplemente iba al baño, luego recordó que tiene uno personal en cada una de las habitaciones, así que no era necesario bajar para ello. Después de pensarlo llegó a la conclusión de que iba por un poco de agua o algo parecido, pero al ver que el tiempo pasaba y no volvía decidió bajar e ir por él. Tal vez estaba siendo paranoico, pero algo le decía que podría sucederle alguna cosa al moreno, por lo cual no pudo resistirse más y bajo en su búsqueda.

Al llegar al piso de abajo pudo percibir la voz del hombre que amaba y casi al instante otra más lo acompañaba. Se preguntó con quién podría estar hablando o quién se atrevía a quedarse en la torre con él a estas horas, lo cual le dio una punzada de incomodidad y celos. Pero después de unos momentos al fin reconoció aquella voz como la de su mejor amigo. Algo intrigado se asomó para encontrarlos hablando y sentados uno junto al otro. Se preguntó que podía estar haciendo Bucky allí, sobre todo al estar hablando con Tony y tuvo un mal presentimiento, no quería que esos dos terminaran peleando de nuevo, pero al ver la resplandeciente sonrisa en James se volvió a parar en seco.

¿Qué hacía Bucky allí, a esas horas y hablando solo con Tony?

No podía evitar extrañarse de la situación, así que sintiéndose avergonzado de si mismo trató de ocultarse para poder escuchar y ver mejor. Su amigo parecía muy nervioso y Tony parecía querer distender la situación, eso lo sorprendió y lo enorgulleció, no parecía haber una pizca de resentimiento en Stark e inevitablemente sonrió.

Volvió a prestar atención al escuchar a James tartamudear algunas incoherencias como disculpas. Se percató de que intentaba arreglar las cosas con Iron Man, así que sin más decidió volver sobre sus pasos para darles espacio y que pudieran hablar con tranquilidad, hasta que escuchó dos palabras que lo dejaron helado. Se quedó parado en su lugar, sin poder moverse y sin voltear a mirarlos, pudo percibir el tenso silencio que se formó entre ambos y sus pies se movieron por si solos para volver a donde anteriormente estaban.

— ¿Qué?

Escuchó la voz de Tony, no sólo sorprendida, si no trabada, ahogada, tal y como se sentía él en ese momento, ahogado... Como si tuviera un gran peso sobre sus hombros y además de eso no pudiera respirar con normalidad. Tenía que haber escuchado mal, tenía que ser producto de su atolondrada imaginación, porque Bucky no pudo haber dicho que...

— Eso, lo que escuchaste, creo que me enamoré de ti.

Oh no... no había escuchado mal entonces.

— ¿Sabés lo que estás diciendo James?, ¿Cómo puedes estarlo?, ¿acaso conoces algo de mi al menos?

Mientras Steve se desvanecía en aquella esquina donde se encontraba escondido, Tony se preguntaba si estaba teniendo un extraño sueño, porque no podía creer lo que estaba escuchando. No había querido sonar tan rudo ni nada por el estilo, pero tener dos confesiones en una noche había sido demasiado para él, ambos hombres y ambos personas con las cuales estaba en una relación llena de tensión. Podría haberlo esperado de cualquiera, se le hubiera cruzado por la cabeza hasta Peter Quill, que luego de los acontecimientos que surgieron por Thanos habían entablado una especie de amistad donde Starlord parecía coquetearle en broma, de él le parecía más esperable... ¿Pero de James Buchanan Barnes? Ni en sus más locos sueños lo hubiera pensado.

— Sé que suena loco, y la verdad lo último que quiero es que me odies más de lo que probablemente ya lo haces... pero es la verdad.— Se quedó silencio, y al no escuchar la voz de Tony prosiguió.— Ya que escuchaste toda mi historia y aceptaste mis disculpas, te pido un poco más de paciencia para que escuches sobre esto, no estoy buscando que me correspondas ni nada por el estilo, sólo quería que lo supieras, estuve juntando valor para decírtelo antes de venir a esta fiesta... Me hizo muy feliz que me llamaras.— Una pequeña sonrisa se asomó en sus labios y lo miró con ternura.— Aunque estoy seguro que lo hiciste por Steve.