XIV

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-¡¿Quién es él?! ¿el maldito loco que te secuestró?- Hoseok lo mira, pálido.- Debe ser una broma... 

Jimin y Hoseok terminan de erguirse, tratando de buscar la salida más cercana.

-¿Cómo demonios me encontraste? - caminaban despacio, ya que una de las piernas de Hoseok se había lastimado, y por lo tanto provocaba un rengueo. -Está todo condenadamente oscuro, no puedo ver nada...

Jimin traga saliva, incrédulo también.

-No lo sé, pero puedo verlo todo, como si las luces estuvieran encendidas.

-¿Cómo...? Dios mío... mejor ya ni pregunto...

Jimin lo guió, a través de los pasillos de la enorme biblioteca. ¿Por qué justo la sección que buscaban tenía que estar tan lejos de una maldita puerta?

Continuaron caminando despacio, con los sentidos a flor de piel. Jimin se había empezado a cansar por sostener el peso de Hoseok, además de que la vista estaba empezando a oscurecerse. 

Giraron en una esquina, donde finalmente se aproximaba la salida.

En eso, una persona se les para en frente.

-¿Vas a alguna parte? - la voz ronca e inconfundible de aquel hombre le erizaba cada centímetro de piel. 

Hoseok, al seguir abrumado por la oscuridad, miraba en todas direcciones, pero Jimin lo miraba directamente a él.

-¡¿Qué quieres?! - el grito estruendoso de Jimin alerta a Hoseok, asustándolo más.

-A ti. - Sonríe, de una forma macabra, enseñando sus blancos dientes.

Y unos colmillos.

Yoongi alza una mano en dirección a Hoseok, empujándolo con lo que parecía una fuerza invisible, enviándolo lejos de donde se encontraban.

-¡Hoseok! - Jimin se gira en su dirección, corriendo hacia donde estaba.

Pero, Min Yoongi con la misma fuerza invisible, tira una de las estanterías llenas de libros viejos, impidiendo el paso de Jimin hacia Hoseok. 

La vista de Jimin, súbitamente agotada, se nubla, dejándolo ciego, cayendo al piso desmayado.

Min Yoongi piensa tomarlo, allí, en ese momento, beber de su ansiada sangre. El cuello expuesto del joven muchacho lo llama, y las voces de su cabeza no paran de decirle que lo haga.

Hazlo,

hazlo,

hazlo.

Pero Yoongi se aguanta. Múltiples pensamientos golpean su cabeza, confundido entre la batalla interna de si dejarlo ir una vez más, o acabar con esto de una vez. Aunque él piensa, recuerda que el muchacho tiene misterios que jamás había visto, y reconoce que siente una intensa curiosidad por él. Considera que su sangre debe saber mejor cuando la entrega en voluntad. Eso es, sí, decidió que convencería al humano de darle su sangre, voluntariamente.

Y se podría decir que tiene tiempo de sobra, para obtener esa preciada sangre.

En verdad, pensó, soy inmortal.

***

inmortal ; yoonmin [CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora