1. ¿Nuevos Comienzos?

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Angela

Tal vez en algún momento de la vida agradeceré por este momento, pero ese día no sería hoy. Y probablemente no muy pronto.
Me enderecé y observé por la pequeña ventana del avión. Todo era agua aún, faltaban aproximadamente 9 horas de vuelo según la pantalla del asiento continuo. Bastante genial, no había dormido ni la mitad del viaje.
Aun tenía en mi mente el recuerdo de mi padre despidiéndome en el aeropuerto minutos antes de abordar. "Quiero que comiences una vida nueva y llena de oportunidades" me dijo con lágrimas en los ojos.
Desde que murió mamá, ambos nos habíamos distanciado tanto que dolía, por lo que después de terminar la universidad, decidió que lo mejor sería que me fuera a Australia. Limpie una lagrima que se me había escapado y me levante al baño. Malditos baños diminutos de los malditos aviones.
Encontré a la azafata en el camino, la cual me ofreció varios menús, pero solo pedí una botella de agua para tomar mi pasta para dormir y que esté tormentoso vuelo acabará pronto.

No supe más de mi hasta que el brusco aterrizaje me hizo despertar de trancazo. No muy buen despertar he de decir. Agarre mis cosas lo más rápido que pude pero fue en vano, había una fila enorme para salir.

Cuando al fin pude llegar a inmigración suspiré aliviada y asustada al mismo tiempo. Comenzar de cero, sin nadie conoci... ¿ESA ES LILLY?
En cuanto me vio, salió corriendo hacia mi, hacía años que no nos veíamos y me hacía ilusión verla ahí, al parecer; ella pensaba lo mismo. Su pequeña hija ahora no tan pequeña ( pues tenía 13 años) la miro extrañada y salió a paso rápido tras ella.

— ¡Que no me lo creo! ¡Ange!
Su efusivo abrazo saco todo el aire de mis pulmones, pero no importo, amaba tenerla ahí.

— ¡Dios santo! ¿Que haces por acá? ¡Que gusto!
Comenzamos a hablar como dos viejas chismosas que no se veían las caras hace rato, y era así, pues hace 15 años no la veía, solo me enteraba gracias a las aclamadas redes sociales.

Unos minutos después, un hombre con su nombre en un papel le sonrió, después supe que era su esposo por el beso con el cual se saludaron. Agite la mano a manera de despedida y avance a agarrar un taxi, con la dirección de la residencia en mano.
20 minutos después, llegamos. Era un edificio bastante bonito y clásico, no tenía muchos pisos por lo que supe que era algo viejo, pero tenía buena pinta.

Pase la tarjeta por el "pomo" si así se le podía llamar, y está se abrió con un pitido. Empuje un poco la puerta y quede completamente anonadada con la decoración.
Era muy sencilla como todo el edificio, desde la puerta se podía ver el sofá en forma de "L" y una TV plasma colgada a la pared. Por una ventana se podía ver una cocina estilo americano, todo era beige por lo que le daba un poco de calidez. Todos los pisos eran duplex, por lo que subí por unas escaleras (algo incomodas he de decir, si vienes borracho ni se te ocurra subirte en esa barbaridad) y abrí la boca cuando vi el cuarto. Al terminar las escaleras: se podía ver una cama tipo 360•, con un gran ventanal, había solo un baño en el piso, el cual era el de la habitación, tenía una regadera común y una bañera, tenía un decorado en azul marino que hacía ver bastante vivo el cuarto.
Me decidí a curiosear luego el piso y subí mi maleta al cuarto, comencé a organizar todas mis cosas, pero ni las tres maletas que había traído con ropa llenaban el gran armario que tenía.
Puesto que no había querido comer en el avión, estaba que me comía a mi misma. Por lo que decidí salir a un restaurante que estaba justo en frente, agarré lo necesario y fui a por la comida.

Fue muy rápido, pues ir a comer solo en una ciudad que no era la tuya podía llegar a ser bastante incómodo, por lo que al cabo de un rato, pensé en llevarme la comida al piso. Vaya que el mundo es pequeño y que había llegado el día de mi suerte, pues, justo al subirme al ascensor, me encuentro con mi mejor amiga de toda la vida, con la cual había perdido contacto después de la muerte de mi madre (ya les dije, me aislé del mundo). Nos miramos por unos segundos y no pudiendo contener las lágrimas, nos abalanzamos una encina de la otra olvidando en lugar en donde estábamos. Me beso como solía hacerlo un tiempo atrás (habíamos salido luego de darnos cuenta que nuestra amistad iba a más) y me miro con dulzura.

— Me alegra haberte encontrado aquí.
La mire de arriba a abajo, estaba tal y como la había visto la última vez, y de eso hacían hace casi dos años.
Mile, una rubia alta como modelo, con una figura de muerte, unos ojazos almendra con los cuales me había cautivado.

— ¿Vives aquí?
Fue lo único que pudo salir de mi boca.

— Vivo con mi prometido.
Dijo titubeando y analizando mi expresión impasible. Sonreí amplia y sinceramente y la abracé.

— Me alegra mucho que estés prometida, tienes que presentarme a ese pijo eh.
Reí y ella me siguió, la había extrañado tanto.

Subimos a mi piso y hablamos de todo, le conté por que me había desaparecido del mundo y lloré, saqué por fin todo el sentimiento que tenía hace tanto tiempo, tal vez eso era lo que faltaba. Me contó como se conoció con Dylan (su prometido) y que llevaban 1 año y medio saliendo, pero que se conocían hacia ya 5 años.
El buen tiempo pasa tan rápido, que cuando menos pensamos ya eran pasadas las tres de la mañana. Nos despedimos con un abrazo cargado de emociones y repitiéndonos que teníamos que vernos más ahora que vivíamos en el mismo recinto.
Cuando se fue, me dispuse a apagar cada una de las lámparas que habían por todo el piso, hice toda la rutina de noche de una mujer y me acosté a dormir.

Eterno (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora