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La vida en un internado no es fácil, como muchos creen que lo es, levantarme todos los días por esa molesta campana y saber que es otro día más, el cual tengo que soportar, lo detesto.

Detesto a la mayoría de las personas que habitan este internado. Ya nada, ni nadie podía hacerme salir de mi zona de confort. Pero si retomo todo el tiempo que he pasado aquí, no ha sido tan malo después de todo, preferiría mil veces este lugar a estar de nuevo en mi casa, muy buena decisión tomó mi mamá al mandarme a este sucio lugar.

Quería que todo volviera a ser normal, pero ¿qué es normal en este mundo? ¿quién decide qué es normal y qué no lo es?. Tengo mis típicas preguntas filosóficas, acerca de muchas cosas y no es que espere a que una voz interior las responda. Son pocas las personas que logran entenderme, bueno, tampoco es tan difícil hacerlo, pero mi sinceridad muchas veces aleja a las personas. Y yo solo quiero divertirme un rato, pero no encuentro una persona interesante con la que pueda expresarme y tal vez no la encontraría, no creo que llegue a pasar, o que llegue de repente como pasa en las historias clichés, y como dije, solo busco algo de diversión, no buscaba nada serio, y menos en este lugar.

Mi único pasatiempo interesante, era escribir cosas sucias en una libreta, para poder liberarme un poco y aunque sea por un momento escapar de la realidad.

Tenía que hacer algo, no podía quedarme de brazos cruzados esperando a que mis días pasaran y no llevarme algún buen recuerdo de este lugar tan tétrico y aburrido a la vez. Dejaré de quejarme y hablar conmigo mismo, tengo que dejar estos malos hábitos.

Me levanté del sillón y salí al patio, habían chicos tirados en el piso jugando ajedrez pero con sus propias reglas; otras personas estaban en un rincón, seguro estaban planeando qué hacer cuando salieran de este lugar; habían varios presumidos haciendo ejercicio en medio de la cancha, ya sabemos que tienen un cuerpo marcado, dejen de restregar eso en la cara de las personas; las chicas bonitas y muy arregladas para mí gusto, estaban botando la baba por esos chicos presumidos, y los demás estaban regados por todo el patio, interesados en sus propios asuntos.

Lo único bueno de este lugar y que de verdad lo debía de reconocer era su amplio patio, y el bosque que se miraba al otro lado de la gran valla, es como si nos quisieran recordar los errores que hicimos para estar aquí.

Me gustaba sentarme a observar el trayecto del día, sin ser molestado, rara vez se acercaban personas a hablarme. Me considero una persona un poco extrovertida, entonces podían tener una agradable charla, hasta que encontraban algo interesante por hacer.

-Ey, ¿nos puedes tirar el balón?.- ¿Qué es esto, acaso no pueden ver a un pobre bien acomodado?.- Seguimos esperando, bah, ve a traerlo Jin Ho.

-No quiero ir a traerlo, tú fuiste el que lo lanzó. - Replicó el chico de pequeña estatura.

Me levanté con demasiada pereza y cuando iba a tomar el balón alguien me golpeó con otra pelota, ¿qué demonios les pasa?, levanté mi cabeza y miré a una chica bastante roja, tartamudeaba que lo sentía, recogió su balón y se fue corriendo. Negué con la cabeza y solo les lancé su estúpido balón.

Pasaron dos horas y sonaron las campanas para entrar, me dirigí a mi habitación, gracias a Alá que no me había tocado con un compañero de cuarto, no estaba acostumbrado a compartir un espacio tan personal. Me había tocado ser hijo único, no sabía lo que era compartir algunos espacios. Me senté en la litera, no me agradaba mucho la parte de arriba, me da algo de miedo pensar que me podría caer en cualquier momento, algo tonto para alguien mayor, peor bueno, eran mis tontos temores, y esta cosa ni barandas tiene.

Antes de conciliar mi sueño, pensé en cómo sería mi vida si las cosas hubieran sido diferentes. No, me quedé dormido antes de tener que imaginar fantasías y todo color rosa, tenía que centrarme en esta realidad.

-Jung Wooseok, es hora de que pares tú trasero de esa cama, ahora.- Bueno, al parecer el guardia se levantó hoy con el pie izquierdo.

-Si, ya me desperté, por cierto, ¿te das cuenta que esto es solo un internado y no una cárcel?.- Tenía que decirlo.

-¿Te das cuenta que me importa una mierda tus dudas?.- Su vocabulario no era su fuerte, está muy claro.- Muévete Adachi, no tengo todo el día para estar llevándote de la mano hasta tú cuarto.- Apareció un chico castaño y con mala cara detrás del guardia, es alto, no tan alto como yo, pero si lo es, y ¿a qué rayos se refiere con su cuarto?

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Bueno, bueno. Hola chicos, este es mi primer proyecto, será una historia corta, pero, espero que sea de su agrado. 

Gracias por leer <tres

Un poco de diversión [WooYu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora