Di un paso para acercarme a él, reduciendo parte de la distancia que nos separaba. Se sobresaltó, pero no cedió el agarre. Si quería escaparme debía hacer algo más.
Poco a poco fui pegando mi cuerpo a él de una forma provocativa. Coloqué mis brazos alrededor de su cuello y le tiré fuerte del pelo. Soltó un gruñido, a lo que le respondí con una mirada traviesa. Su reacción fue la que me había imaginado: ojos ensanchados, boca entreabierta. Estaba descolocado.
Sin darse cuenta, había dejado de hacer fuerza con sus brazos. Esta era mi oportunidad de golpearle en las pelotas y salir huyendo.
Gimió mi nombre de una forma lasciva que me hizo detenerme. ¿Qué ha sido eso? ¡Oh dios! Mi rostro estaba coloreado, lo podía sentir. Espero que no pueda verme. Cuando se encontraron nuestros ojos su mirada cambió. Pude ver con la poca luz del patio cómo me observaba, de una manera tan penetrante que me hacía tener escalofríos por todo el cuerpo.
Era como si hubiese estado esperando este momento.Ya no estaba segura de que mi plan funcionase, así que intenté zafarme de él empujándolo, pero fue inútil. Me miró mientras recomponía la postura.
- No me esperaba eso, pequeña.- dijo a la vez que mordía su labio inferior. Parecía querer devorarme.
Me empujó contra el árbol y, sin poder evitarlo, dejé escapar un gemido.
Sentí su olor en mi nariz, era agradable. Recorrí con curiosa su cuerpo y lentamente acerqué mi pierna a su entrepierna sintiendo su miembro en mi vientre. Un escalofrío recorrió mi espina dorsal. Había conseguido excitarlo y eso me hacía sentir poderosa, como si hubiera dominado a un animal salvaje.
Adam colocó sus manos alrededor de mi cintura mientras se pegaba más a mí. Intenté mantener la mirada, pero fue imposible; la forma en la que me observaba era matadora.
- Buen intento- dijo con una sonrisa burlona en su rostro.
Las cosas habían cambiado; ahora yo era su presa.
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Sus ojos azules me observaban con intriga. Había conseguido retenerme otra vez, arruinando mi plan. Hizo una mueca que mostraba aires de superioridad. Maldito creído.
Intenté forcejear pero fue inútil, él tiene más fuerza que yo. Me sentía atrapada. Poco a poco acercó su cara a la mía. Parecía dirigirse a mis labios, pero optó por mi oreja. En parte deseaba que me besara y en parte lo odiaba.
- Deja de negar lo que en realidad quieres - susurró con una voz grave antes de morderme la oreja. Un gemido salió de mis labios. Eso había sido demasiado sexy.
- Así que puedes hacer ese tipo de sonidos, Mery - contestó- Que chica tan pervertida.
Me pegó más a él, todo lo que fue posible y me observó detenidamente.
No pude negarlo más. Esa forma de analizarme es demasiado tentadora.Decidí ignorar mis pensamientos racionales y cerré los ojos, dándome por vencida y esperando el contacto de sus labios con los míos.
- Buena chica - dijo provocador mientras se acercaba.
Sentí su aliento cerca de mis labios y una mano recorriendo mi abdomen. Mi respiración estaba agitada y mi pulso era frenético.
Justo cuando sentí que iba a besarme, no ocurrió nada.
Adam se alejó y se dirigió al interior de la casa, dejándome tan agitada que me flaquearon las piernas. Me quedé allí apoyada al árbol durante un tiempo sin saber qué hacer.
¡¿Qué demonios había pasado?!
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Escalofríos
Teen FictionAdam, América, George, Emily, Danniel y yo, Alex, nos conocemos desde hace mucho. En una semana las cosas se desmoronan y... ¿qué ocurrirá? (Publicados borradores de hace tiempo)