Llevaba ya un tiempo sentado mirando, disimuladamente, a las chicas que iban a representarnos hoy en el voley de playa. No era que me fascinara ese deporte, pero una de ellas llamaba mucho mi atención. ______ Davis.
Era agradable verla con esos shorts de color rojo y su sudadera blanca con su apellido en la parte trasera. Verla sin el uniforme de la secundaria y con los rayos de sol en su cara, era algo realmente hermoso. ¡Ella de por sí era hermosa!
Y lo mejor de todo, era que ella era mi no... bueno, solo estábamos saliendo, nada formal, solo que aquella tarde todo iba a cambiar.
Salí de mis pensamientos al verla sonreír en mi dirección. Le sonreí devuelta y le guiñé el ojo, haciendo que sus mejillas tomaran un color rojo suave. ¡Eres el mejor, Hemmings!
Pude observar como todas se posicionaban en sus lugares y, un minuto después, sonó el silbato del juez.
Ya había comenzado el partido.
—¿Listo para irnos? – dijo al llegar mí lado haciendo que me parara. Ya había terminado el partido y ahora iríamos a tomar malteadas y conversar un poco. Tomé su mano y entrelacé nuestros dedos, como siempre hacía. Ella siempre bajaba la cabeza cuando hacía eso. Besé su mejilla con una sonrisa.
—Por supuesto – dije entusiasta.
El sonido de una pequeña campana sonó al abrir la puerta. La dejé pasar a ella primero, como buen caballero que soy. Ella me sonrió agradecida y se abrió paso – conmigo escoltandola – hacia una de las mesas que se encontraba al lado de la ventana. Era la misma mesa que siempre elegíamos cuando nos íbamos allí. Al sentarnos, comenzamos a hablar sobre el partido. No necesitábamos tomar el menú para poder elegir los sabores de nuestras malteadas. Era sencillo; ella fresa y yo chocolate.
El tiempo con ella se me pasaba de lo más rápido. Nuestras malteadas ya se habían acabado hace un buen rato ya y la noche estaba por caer. Ninguno quería algo más que compartir esta agradable charla, de eso estaba seguro.
Comencé a moverme un poco nervioso. Se estaba acercando la hora de dar el paso a la formalidad y no quería meter la pata. Me levanté y me senté a su lado. Tomé su mano y la miré a sus ojos que ya se encontraban mirándome fijamente... Respira Hemmings, tú puedes.
—_____, tengo una pregunta muy importante que hacerte – le dije serio, sin ningún rastro de la sonrisa que había tenido hasta hace unos minutos.
—¿Sí? – preguntó poniéndose seria. Genial, tú puedes.
—¿Q-quieres ser m-mi novia? – pregunté muy nervioso. ¡Me había trancado apenas había articulado palabra! ¡Qué ridículo! Ella me sonrió tiernamente y se acerco hasta que sus labios hicieron contacto con los míos.
—Por supuesto que quiero – me contestó despegándose un poco de mis labios y sonriendo. ¡Había dicho que sí! Solté todo el aire que estaba dentro de mi cuerpo y volví a juntar nuestros labios.
La mesa 8 de la cafetería de Tom Shellback no solo era una mesa particular... Era nuestra mesa.
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Bueno, he decidido subir otro imagina más de Luke. En realidad no iba a subir ninguno más, pero una persona me lo ha pedido y por supuesto que no pude negarme. Por esa misma razón, el imagina está dedicado a ella. Eso es todo, nos estamos leyendo.
Saludos, Vani xx.
