Prólogo.

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¿Cuántas veces lloró a escondidas?

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¿Cuántas veces lloró a escondidas?

Trataba de contar con los dedos de sus manos pero le era imposible contar todas esas ocasiones, solo sabía que eran demasiadas.

Ella sabía que era tonto llorar por algo que nunca fue suyo, alguien a quién nunca perdió pues este ni siquiera le miró con esos ojos. Jamás.
Trataba de sonreír, pero su sonrisa simplemente salía como una mueca nada sincera. Era un farsa y todos lo notaban, hasta Neji. Bueno, ellos solo veían un lado de todo el desastre que eran sus sentimientos.

Sus amigos nunca la vieron con las pestañas bañadas en lágrimas ni escucharon sus sollozos lastimeros, nadie la vio así y eso era lo mejor. No quería dar molestias a quién solo la miraría con lastima y tal vez hasta le echaría en cara lo tonta que era.

Enamorarse de su mejor amigo, quién ya estaba enamorado de otra chica. Que anécdota más cliché. Pero era así; Tenten estaba locamente enamorada de Lee, quién solo tenía ojos para Sakura. Era inútil tratar de llamar su atención, pues el chico a veces era demasiado despistado.

Pero la única que tenía culpa ahí, era ella, por hacerse falsas esperanzas cuando él jamás dio un solo indició de estar interesado de ese modo en su persona. Jamás la miró con ojos brillantes ni le regaló flores, mucho menos le gritó a los cuatro vientos «te amo», no.

―Si sigues suspirando así, serás muy obvia. ―Neji dijo a su lado, causándole un sobresalto a la fémina.

―Neji... ―tartamudeo sorprendida aún por su presencia.

Ella estaba entrenando en solitario por una parte del bosque pero estaba tan metida en sus pensamientos que ni siquiera lo escuchó llegar.

―Tenten. ―la llamó, ella solo lo miró por el rabillo del ojo― me preocupas. Haz estado muy distraída de un tiempo para acá, lo noto. Algo que pasa, estoy seguro. ―sus ojos perlas estaban clavados en su nuca, como si pudiera ver a través de la chica y así saber lo que le aqueja.

Volvió a suspirar.

―No es nada... ―desvío la mirada cuando Neji entre cerró sus ojos.

―No mientas. No se te da.

―Bueno es que... no es nada importante, de verdad, Neji.

―Sé que esto no es de mi incumbencia, pero... quiero ayudarte si es que puedo. ―la voz del chico se volvió más suave y cuándo vio lágrimas en el borde de los ojos de Tenten, relajo su entrecejo considerablemente.

―Es un idiota. ―quiso parecer enojada cuando las lágrimas se abrían paso entre sus pómulos formando pequeños caminos hasta su mentón, pero no podía, su tono de voz la delataba― Lee es un idiota, ¡lo odio! ―más sollozos.

Él solo le tendió sus brazos, le prestó su hombro dónde ella depositó sus lágrimas. La dejo desahogarse de todo aquello que no podía gritar frente al culpable de su dolor.

Lloró y lloró, deseando deshacerse entre sus lágrimas y jamás volver a ver esos grandes y hermosos ojos oscuros o esa gran sonrisa que la había enamorado.

Porque Tenten aprendió que los amigos también te pueden romper el corazón.

Porque Tenten aprendió que los amigos también te pueden romper el corazón

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Curando heridas. |NejiTen|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora