La Ayuda.

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NARRA VEGETTA:


Eran a penas las once pasaditas, todavía no me entraba el sueño así que aproveché para ir al estudio y revisar que el video que dejé programado se haya renderizado bien para luego subirse. Con esta mierda del algoritmo, tenía que cambiar los horarios de publicación y acomodarme, quiera o no. Demás está decir que me había quedado preocupado por Alex. Definitivamente hoy yo no dormiría bien, para no perder la costumbre, como no. Suspiré y me refregué los ojos con una mano.

Había pasado ya media hora en la que sólo me dediqué a leer los comentarios del primer vídeo. Tenía la puerta del estudio abierta; era una costumbre que había adquirido desde que me había mudado con Willy, si la dejaba abierta era que no estaba grabando y era algo automático si había alguien en casa. Por eso pude oírle. Un quejido ahogado que me puso alerta en un segundo. Me levanté como impulsado por un resorte y me abalancé hacia la habitación de invitados. Al abrir la puerta me encontré con Alexby, hecho un ovillo en la cama.

-¡Alex, tío! -me acerqué rápidamente, temiendo algo muy malo.

-Vete... -dijo, con los dientes apretados; parecía que se sujetaba el bajo vientre, pero las mantas no me dejaban ver.

-Tío, te estás retorciendo de dolor, voy a llamar a emergencias. -dije con determinación, y es que este chaval era un llorica de mucho cuidao.

-¡¡NO!! -su grito me frenó en seco cuando estaba yendo hacia la puerta para buscar mi móvil.- Es sólo...No es lo que piensas...

-¡¿Y entonces qué es?! ¡Mírate! -chillé, señalándole.

Me miró por un momento, dudoso, levantando a penas la cara de la cama, de espaldas a mí. De verdad parecía muy avergonzado y yo no entendía el por qué.

-Me molestaba un poco el estómago y tomé unas pastillas, la primera que alcancé. No sé cuál frasco me tragué... -yo le escuchaba flipando en colores. - Cr...creo que...me sentaron mal...

-¿Chico, tú eres tonto? ¡¿Cómo vas a darte una sobredosis así como así?!

-Ya...

-¿Cuántas te has tomado?-miré hacia su valija abierta junto a la cama en donde estaba un bolsito más pequeño, abierto y arrojado con descuido arriba de la ropa. Me acerqué y cogí uno los frascos, leyendo por arriba las especificaciones y efectos secundarios.

-Un par. Cogí dos frascos que creí que eran para los mareos y los vómitos. -le clavé la mirada al escuchar aquello; pudo leer mi enfado bullendo en mi interior. - ¡Ya! -se defendió, anticipándose a mi regaño. -No me fijé en las etiquetas. Ya intenté vomitar las pastillas, pero tengo el estómago vacío y no salió nada. -seguía apretándose el bajo vientre con ambas manos y yo lo ignoré para leer calladamente los frascos uno a uno junto al velador. De paso quería calmar las enormes ganas que tenía de darle una sarta de hostias a lo Féderer.

-¿Te duele el estómago? - de reojo todavía le veía hecho una bola, apretando los labios a penas, intentando aparentar que le dolía mucho menos.

-No exactamente... -desvió la mirada y se sonrojó, escondiendo la cara al darme la espalda.

-¿Y qué es lo que te duele? -se quedó callado y aquello me mosqueó. Inspiré aire y lo solté pausadamente, armándome aún de más paciencia. -Alex, -me puse realmente serio, mi voz se agravó con un tono sepulcral -si no me dices te arrastraré al hospital... -me miró por sobre el hombro de forma acusadora y berrinchuda.

En serio, parecía de esos niños que no quieren tomarse la sopa, sólo que esta vez yo lo amarraría a la silla, le pondría un embudo en la boca y le echaría toda la olla de sopetón si seguía comportándose así. Mi paciencia tenía un límite y no me quedaría de brazos cruzados mientras veía cómo andaba de cabezota.

"La Cura Perfecta". *( #VEGEXBY )* - #FBLA19 -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora