La Necesidad.

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NARRA ALEXBY.


El reggaetón en el estéreo del auto de Fran sonaba a toda máquina y, si no fuera porque parte de la letra me tocaba la moral, lo disfrutaría.

Durante todo el día esquivé preguntas y miradas llenas de preocupación. Había despertado temprano y, al darme cuenta de la pedazo de liada que habíamos montado, quise desaparecer de la faz de la Tierra. Al momento, había llamado a Fran para que pasara a por mí, sin saber qué inventarle, así que me había limitado a decirle que no quería ver a Samuel. Dedujo que algo había pasado entre ambos y le di a entender que fue una pelea y eso pareció bastarle para venir en la mañana a toda leche con el auto. Sin hacer demasiado ruido para no despertar a Vegetta, me alisté y, por suerte, la llave de la casa estaba sobre un robot camarero en la entrada, con lo que pude irme de su casa sin que lo notara, al menos hasta que hubiera despertado. Durante el resto del día me limité a decir poco y nada. A todos les pareció extraño que me haya "peleado" con Samuel, y es que el hombre era de esos con los que uno no puede enojarse porque al segundo de mandarse una cagada reconocía su error y se disculpaba contigo, y todo quedaba bien, como si nada. Abel me había comentado, mientras preparábamos el almuerzo y el resto terminaba de grabar lo suyo, que había tenido un par de roces con Vegetta, pero ninguno de los dos era rencoroso, lo habían solucionado al instante y aquello nunca interfirió con su amistad.

Pero claro, que lo mío se había ido más allá que un roce.

De todas maneras, los chicos dejaron sus videos programados y arreglaron todo para salir de juerga. Había venido hasta Miki, el hermano pequeño de Fran, así que comimos unas pizzas, montamos en los coches y me dejé arrastrar hacia una disco en la villa a la que iban seguido. Quería dejar de lado lo de Vegetta, como si hubiera sido un mal sueño. Bajé un poco la ventanilla, busqué la cajetilla de cigarrillos en el bolsillo de mi chaqueta y me encendí uno.

-Creí que habías dejado de fumar. -Fran dejó de tararear la música y me miró de reojo.

-De vez en cuando se me antoja uno, pero sí estoy tratando de dejarlo ya. -sabía que a él no le gustaba verme fumar debido a mi salud, pero en realidad Fran era, junto con Rubius y tal vez Mangel, uno de mis amigos más permisivos. El resto siempre me estaba detrás para cuidarme. Vale con la broma de "El Niño", pero eso no significaba que me trataran como uno. Por eso, me sentía a mis anchas con él, era como el hermano mayor buena onda.

Llegamos a una disco con muy buena pinta, las luces y lásers de colores se colaban por la puerta de entrada, en donde un par de seguratas custodiaban la entrada detrás de una cinta, y también atravesaban el cielo, con lo que deduje que tenía una parte al aire libre; agradecí eso, ya que a veces me sentía como asfixiado entre tanta gente. Estacionaron los autos en el estacionamiento de junto donde unos chavales cobraban la estadía, y será por la tarifa que pagaron que nos dieron unos lugares un poco mejores para dejar los coches. Como no podía ser menos, cuando mis amigos llevaban menudos cochazos; ya con el Ferrari de Abel nos darían pases VIP y así fue. En la cabina de la entrada los chicos pagaron lo más caro, nos dieron unas cintas fluorescentes y los seguratas hicieron a un lado a la gente de la fila para darnos paso. En otras circunstancias se me caería la cara de vergüenza, pero Fran, Abel, Stratus y Miki se abrieron paso entre la muchedumbre como si fueran unos putos hackers, y yo entre medio de ellos ni siquiera me atreví a levantar la mirada para no cruzarme con caras de desprecio.

-Rolo, Jackie, ¿qué tal? -Fran saludó con un choque de manos y puños a los dos gorilas, alegre, que le devolvieron el saludo con familiaridad.

-Todo tranquilo por aquí. -contestó uno de ellos, un tipo igual de mazado y enorme que su compañero, pero calvo. A medida que entrábamos, uno a uno mis amigos lo fueron saludando y cuando llegó mi turno le sonreí calmado y éstos me devolvieron la sonrisa. Buen rollo todo.

"La Cura Perfecta". *( #VEGEXBY )* - #FBLA19 -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora