5. Él es un salvaje.

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Liam temblaba ligeramente, indeciso sobre si lo hacía por la rabia, la impotencia, el miedo o el frío. Caminar al anochecer completamente solo no eran sus planes cuando se despertó esa mañana. Kouam parecía haber desaparecido también, por lo que se dió por vencido y comenzó a buscar a Harry por su propia cuenta. ¿Dónde podría estar? Harry siempre iba al río cuando necesitaba pensar y liberarse de todo por un rato. O algo así decía, no estaba muy seguro. Se dirigía lentamente hacia dónde debería estar el rizado, casi estando a punto de convencerse a sí mismo de regresar, que Harry estaba bien -porque Harry siempre estaba bien- y que en la mañana estaría en su casa, esperando a que le sirvieran el desayuno. Al fin y al cabo, aunque estuviera preocupado por el omega, no quitaba que estuviera enojado por ocultarle tal cosa respecto a Kouam.

Después de todo, aunque él amara a Kouam, también amaba a Harry como su hermano. Jamás podría pedirle que no aceptara casarse con Kouam por él, incluso si eso le destrozaba el corazón. Le partía el alma en pedazos porque sabía que, al contrario de su amigo, él jamás conseguiría un buen alfa que lo cortejara y marcara. De hecho, podía prácticamente verse como la vieja Teehan, una omega de su aldea que jamás había sido cortejada y que hasta el día de hoy su único motivo de vida era su profesión como curandera y ver a su hijo adoptivo cada quince lunas. Sólo adoptó al niño hace unos veinte años porque su madre murió cuando él nació y su padre murió valientemente en la guerra con una nación lejana. Definitivamente Liam podía incluso saborear las comidas que aprendería a hacer para compensar su soledad. Visitaría a Harry y a Kouam eventualmente, pero era consciente de que no sería lo mismo entre ellos. Vería a sus sobrinos, los hijos de Harry y Kouam, una vez cada quince lunas y les llevaría regalos para que lo recordasen con amor. Tal vez envidiaría la rojiza marca en el cuello del rizado que ataba su espíritu para siempre con el del arquero de ojos grises.

-¿Liam? ¿Qué haces aquí? -La voz del guerrero lo sobresaltó, y si no acabara de pensar en los hijos que el alfa tendría con su mejor amigo, estaría feliz de encontrárselo, tan apuesto como siempre, cargando su arco en el hombro izquierdo y una bolsa tejida a mano con mimbre en el derecho. En cambio, sólo subió los hombros y continuó mirando al sol, aquella misteriosa fuente de luz que desaparecía en el más allá y volvía nuevamente cada día, sin cesar.- ¿Buscabas a Harry, cierto? -Liam asintió, suspirando y pensando en Harry sentado sobre el acantilado por horas, sin hacer nada más que pensar y mover sus pies.

-Pensé que estaría aquí -contestó, una pequeña molestia en su voz era signo de lo pronto que estaba a explotar emocionalmente-... O que tú estarías con él, quizás. -El omega no pudo controlar sus evidentes celos, aunque Kouam parecía ajeno en todo a lo que se refería a sus sentimientos. Observó con ironía cómo el arquero le tendía la mano.- ¿Qué? -El castaño estaba confundido al ver la mano de Kouam frente a él, pero no pudo evitar que su omega intentara ronronear y su corazón se acelerara ante el simple gesto. ¿Podía, realmente, estar Kouam ofreciéndole su mano? En cuanto despertara del loco sueño le contaría todo a Harry.

-Encontraremos a Harry, Liam. -Kouam, sin dudar más, tomó la mano del omega con la suya y ambos comenzaron una implacable búsqueda.

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-¿Tomlinson? ¿Conseguiste un salvaje? ¿Son así? Vaya, pensé que serían un poco más locos y que estarían refunfuñando y soltando espuma por la boca como un cascanueces o algo por el estilo. -Pascucci miró con curiosidad a Harry, ladeando la cabeza a la derecha y detallándolo completamente. Bueno, no era tan feo como su primo le había comentado que serían los salvajes, pero sí estaba casi desnudo y su piel tenía extraños tatuajes sinsentido para él. El rizado frunció el ceño inmediatamente.- Supongo que lo que decía mi primo Ashton no era completamente falso, los salvajes parecen incluso personas normales hasta que intentas tratar con ellos o siquiera hablarles. ¿Crees que nos maldecirá con sus falsos dioses y ofrecerá nuestra sangre en alguno de sus actos espiritistas? ¿Es cierto que ellos pueden convertirse en auténticas criaturas salvajes que desgarrarían la garganta del mejor soldado en tres segundos? -Edward habló demasiado para el gusto de Louis, como siempre, era algo a lo que ya estaba acostumbrado luego de meses juntos en el mar. Pero el rizado omega no parecía soportar a las personas que hablaban de más.

Pocahontas »l.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora