Louis maldijo a los salvajes, a Zayn y a Ratcliffe en ese instante. A ellos, a todos sus ancestros y a todas sus futuras generaciones. ¿Por qué tenían que ser tan complicados? Ahora él y Harry se encontraban en medio de sus dos mundos. Zayn y Edward a unos pasos de Louis, cerca de la costa. Y otros dos salvajes cerca de Harry, aunque ninguno lo suficientemente cerca como para tocarlo, cosa que le tranquilizó. Por lo menos le tranquilizaba antes de que el alfa salvaje, cuya identidad desconocía, abriera la boca.
-¿Harry? ¿Te han hecho daño, amor mío? -El arquero preguntó, sin dejar de apuntar con el arco a Tomlinson. El movimiento no fue precisamente inteligente, pues pronto Zayn se encontraba apuntándole con su escopeta.
Harry se incomodó más de lo que normalmente estaría. Kouam lo acababa de avergonzar frente a unos desconocidos llamándole mi amor y olvidando que Liam estaba loco por él, ahí, justo a su lado. Reconoció el amargo aroma de tristeza y celos que emanó Liam, pero no reconoció el toque picante y agrio que había junto a él, uno con el que no estaba familiarizado y que no asociaba con Liam. Era muy fuerte y lo mareaba.
-¡Zayn! ¡Hay que hacer algo! ¡Dispárale en el hombro o algo! -La voz de Edward se escuchaba como un eco de fondo para Louis, mientras que para Harry era su amenaza lo único en lo que podía concentrarse.
-¡No le van a herir! -Harry logró apartarse de Louis, aunque fuera en contra de su voluntad, pero era lo que tenía que hacer. Si herían a Kouam no quedaría nada que Liam y él pudieran hacer, y no permitiría que a su mejor amigo le tocaran un sólo cabello.- Si se atreven a siquiera intentarlo, juro que se arrepentirán por el resto de sus vidas.
-No haremos daño mientras cooperen, omega -la voz de Zayn llenó el lugar, imponente y segura, sin ser consciente que, a ojos de los nativos, acababa de tratar a Harry con respeto-, así que sólo sepan que entre menos fastidien, más rápido será todo. Pónganse de rodillas y con las manos sobre la cabeza.
-Zayn, no lo hagas -interrumpió Louis, la ansiedad adueñándose de su ser al no verse capaz ya de asegurarle la libertad a Harry. No lo quería ver con las manos atadas y moretones de golpes o azotes repartidos por todo el cuerpo, como todos los demás salvajes-, los alcanzaremos de todas formas. Como siempre lo hacemos. Sólo necesito que confíes en mí, y los dejes ir, ¿sí? Juro que te lo explicaré todo, más tarde. Llévate a tu cachorro, vayan al barco. Yo volveré luego.
Ambos mantuvieron la mirada fija en el otro por instantes que a todos les parecieron más que eternos, pero finalmente el moreno asintió, cediendo. Louis sintió que podía respirar de nuevo.
-¡No se irán así, han intentado lastimar a mi Omega, y no merecen piedad! -La voz de Kouam resonó por el bosque, y Harry sólo reconoció dos emociones en ese momento: ira, y pánico.
Primero que todo, no, ¡él no era el jodido Omega de Kouam, y nadie le había dado el derecho de llamarle así! ¿Quién demonios se creía ese? Y segundo, ¿por qué seguía hablando? ¿No veía que ya se irían, que los dejarían en paz hasta el día siguiente? ¿Acaso nadie era consciente de lo que estaba sucediendo, además de Louis-Louis y él?
-¿Qué mierda estás hablando, salvaje? -Edward, que había decidido no quedarse callado de nuevo, dió otro paso al frente, con una determinación que hasta a él le sorprendió, pero no se detuvo.- ¿Acaso lo ves herido, o llorando? ¡No! ¡Ni siquiera le hemos tocado los cabellos a esa bestia! ¡Cuando llore pidiendo misericordia, será entonces que lo habrán lastimado!
Era oficial. Ahora Harry sólo sentía ira. ¿Hola? ¡Estaba justo allí, y hablaban de él! ¡En su cara! Uno de ellos hablaba como si fuese un animal, y el otro hablaba como si fuese un objeto con el que lograr un buen trueque. No aguantó, y tampoco calló-. Basta, todos -murmuró, entredientes, intentando tranquilizarse, pero sin mucho éxito.
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Pocahontas »l.s
FanficLouis es el capitán del ejército inglés. Robusto, fuerte, excelente puntería y popular. Es un alfa como ningún otro, y en la nueva misión hacia el Nuevo Mundo, se encargará de matar a dos o tres de esos salvajes incivilizados que ocultan el oro del...