Reborn
Día uno. Tengo 20 años y acabo de nacer.
Hoy he dormido 7 horas. Me he levantado con el pelo hecho un asco y las uñas mordidas. Tienes que salir de la cama, bonita. Tienes que preparar tostadas con queso fresco y plancharte el pelo. ¿No recuerdas que lo tenías hecho un asco?
Hoy es el día uno. Supongo que lo irás haciendo bien poco a poco. Que estás nerviosa. Que miles de insectos te devoran las entrañas. Que dudas de qué poner. Que dudas de cómo vivir. Que te diagnostican tristeza a cada rato. Pero siempre sonríes a los desconocidos. Siempre pensaste que la imagen que has dado hasta el momento era real.
Un día malo lo tiene cualquiera. Una racha mala la tiene cualquiera. Unos meses malos los tiene cualquiera. Estos son tus mandamientos:
1. Aléjate de lo que te hace daño. Si un amigo ha roto tu pequeño corazón, no finjas que ese amigo te va a ayudar a recomponerlo. Porque sabes que no. Que esa labor es tuya. Y en una proporción pequeñita, esa labor la compartes con las personas que de verdad quieren que te recompongas para ser la que llevas siendo toda tu vida. Y no la copia de la copia de la copia de un carácter que no es el tuyo. De una voz que no es la tuya. De una actividad sexual que no te corresponde. De una forma de andar que no encaja con la forma de tus pasos en la arena.
2. Sé auténtico. Pregúntate cosas como si te acabaras de conocer. Mis colores favoritos son el turquesa y el lila. Mis números de la suerte, el siete y el dos. Me han roto el corazón 2 veces. Blue Valentine y El Indomable Will Hunting son dos películas maravillosas. Shameless es sublime. Mi culo, también. Y mis ojos son verde agua. Y mi mente es tan transparente que puedes deducir cómo me siento con solo mirarme. Hablo 3 idiomas. De mayor quiero trabajar en una editorial, o en un sitio pacífico en el que pueda beber mucho café y donde me pueda desarrollar como persona. Me gustan prácticamente todos los estilos musicales. Escucho música a todas horas. Esta misma mañana he tenido un ataque de ansiedad. Soy una persona fuerte, y dulce, y sensible, y auténtica, y sincera, y fiel, y leal, y alegre, y caótica, y maravillosa. Y me gusta crear arte. Y envidio a todas las musas. Y sé que algún día seré musa.
3. Mima tu cuerpo. Acaríciate. Date ternura de tarde en tarde. Tacha con besitos cortos las heridas que otros causaron en tu piel. Desinfecta los arañazos. Ten cuidado. Aprende de las caídas. Pero no pienses constantemente en las caídas. No tienes por qué estar en la puta mierda para querer levantarte. A lo mejor te encuentras un día con una familia, un trabajo, una estabilidad que te sobrepasa. Párate, mi vida. Las infecciones no se curan en un abrir y cerras de ojos. Y menos las de la mente. Entiéndeme, yo también entiendo que tú sin querer te hicieras daño. Tú pudiste hacerte más daño que nadie.
4. Todo está en tu mente. Realmente tu mente no está enferma. Tu mente está enredada, simplemente. Tiene cierta importancia y solución. Puedes deshacer los nudos que te impiden trabajar, a tu ritmo. Da gracias a la vida, tu mente es tan maravillosa que puede pasar por altibajos emocionales. Puede crear, puede dibujar, puede enamorarse. Tu capacidad de sentir está muy por encima de la media.
5. Necesitas ayuda. Dilo. Dilo en voz alta aunque tu voz esté rota: necesito ayuda. Díselo a tu madre, díselo a tu padre, díselo a tu prima, díselo a tu amiga que vive en la distancia, díselo al recuerdo de lo que fue tu abuela que vive en ti a pesar de que
muriera hace diez años. No vamos a salvarnos solos. No tendría sentido.
Y algo más. Si puedes, cógete la cara con la mano y perdónate por todas las veces que te hiciste daño. Porque sé que no te has querido. Pero te quieres y eso es indudable.
Verdad evidente número O: te quieres. Te quieres, más que nunca.
Me estoy liando con las personas. No sé si esto va para mí o para ti. O para ambos. O para todo el que alguna vez necesitó ayuda. Si tienes alguna sugerencia para curar las pupitas de un corazón roto, compártela con el resto. Una persona que se ama a sí misma quiere unirse con el resto. No siente envidia, ni temor, ni necesita marcar su espacio. Porque el espacio es compartido y tú no eres egoísta. Y tú estás tan solo como yo y tan acompañado como yo, es decir, como cualquier humano. Porque somos una especie. Y créeme, aunque te identifiques con mis palabras no estoy haciendo ningún tipo de milagro (o sí, quién sabe). Nos corre la misma sangre por las venas. Venimos arrastrando en los hombros destapados lo que nos ocurrió cuando éramos niños. Y vamos a salir de este vertedero, que a ratos es nuestro corazón. No nos sulfuremos. No caigamos en la tentación de creer que esto es para siempre. Esto es por ahora. Y esto es solo el principio. Exprésate. Toma fotos con los x megapíxeles que tenga tu teléfono. Camina cerca del río. Baila. Come. Salta. Abraza a tu peluche. Adopta a un animal. Di gracias a las personas que te ayudan a diario. Sé tú, joder. Sé tú, que ya va siendo hora. Nos vemos mañana.
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Renacer
RandomNo caigamos en la tentación de creer que esto es para siempre. Esto es por ahora. Y esto es solo el principio. Exprésate. Toma fotos con los x megapíxeles que tenga tu teléfono. Camina cerca del río. Baila. Come. Salta. Abraza a tu peluche. Adopta a...