Capitulo unico. MI HÉROE

505 46 4
                                    

Estaba aun pensando en lo que el torpe de Miguel me había dicho, siempre me jugaba la broma de que me daba un dulce y se lo ponía entre los dientes, ya lo había hecho varias veces, pero aun seguía avergonzándome.

—Cariño, llegarás tarde a la Universidad. —Tía Cass dejó el almuerzo en una bolsa frente a mis narices, me gustaba aprender cosas nuevas y descubrir demás, pero cuando el mexicano comenzó a acosarme dentro de las instalaciones casi me da un ataque, ahora la verdad es que no me gusta ir, porque pareciera que tengo un rastreador, porque le chico me encuentra en dos segundos y no me deja solo en todo el día.

El tiene clases en las tardes y yo en la mañana, a si es que esa es su actividad preferida matutina: acosarme. Y para los demás es divertido ver como alguien intenta hacerse mi amigo, pero en los últimos días comenzó con ese juego raro de provocarme con cosas referentes a sus labios.

—Ya lo se. —me levante con tan pocas ganas, aun iba a la escuela, pero ahora lo hacia para dar clases. ¿No lo mencioné? Bueno, ahora soy maestro de la universidad de San Fransokio, el caso es que el chico del que hablo tiene la misma edad que yo, de hecho creo que el es un poco menor que yo, el caso es que yo ahora soy un profesor, y se ve mal que un alumno acose a un profesor.

Tía Cass se despidió y yo sali montando mi motocicleta, Baymax aun estaba activo, pero lo dejé en la oficina de la escuela, sabiendo que sería más útil ahí que en otro lado, además de que hace un par de años pude hacer una copia y bueno, ahora se vende dentro de las farmacias y hay uno en cada hogar.

Estacione y la amarre al poste, desde que el primer día me dejaron yendo a pie a mi casa no volveré a dejarla suelta. Di dos pasos dentro del patio y Miguel ya estaba sobre mi, sonriendo y preguntándome cual cosa que pensara.

—Y ahora tengo este problema de que quiero estar con alguien, pero el en definitiva me evita. —No sabía si hablaba de mi pero lo seguí ignorando. Hasta que Gogo apareció en el cuadro.

—Hey Miguel, ¿cómo estás?

—Como siempre, ignorado por el amor de mi vida. —resople en grande, ¿que se creía ese niño? Bueno no es tan joven, pero por favor.

—Déjalo de lado, ya te lo dije. —lo enfrente ya cansado de sus indirectas tan directas.

—Pero ya le pregunté al director y dijo que contigo no había problema, porque eres joven y no un señor viejo que se aprovecha de los jóvenes.

—No me interesa. —deje a ambos parados en el pasillo, entre al aula que me tocaba y todos se callaron dando inicio a la clase.

Después de unos minutos sonó una campana, era un simulacro. Genial, justo cuando estábamos por iniciar lo mejor de la clase. Salimos tranquilamente, cuando estaba por cruzar el umbral alguien me jalo dentro de un aula.

Todo estaba tan oscuro que me era imposible ver algo, sentí que alguien caminaba detrás de mi, me volteé tratando de golpearlo pero no había nadie. Una risa sonó fuerte, pero no era nada bueno, eso me dio escalofríos.

—Al fin después de tantos años supe quien eres. —yo había dejado la vida de superhéroe, pero había algunos que todavía querían matarnos.

Encendió la luz y era el tipo de la última vez, el que mató a miles de personas porque estaba enojado, pero esa ves nos culparon por lo que nos obligaron a dejarlo. Lo único diferente era que el chico moleston estaba amarrado en una silla por lo que parece inconsciente. —¿Que le hiciste?

El rio de nuevo. —Veo que si estaba en lo cierto, el es alguien especial. —sentí una punzada cuando le lanzó una piedra, el no se movió ni hizo ruido, no puede que lo haya matado. No quería que nada le pasara, era molesto pero era una persona como todos.

—Déjalo, no es nada mío.

—Uy, si no lo es entonces no me sirve. —sacó una navaja de su manga.

—¡No! —se detuvo a centímetros de su cuello. —Es mi amigo.

—Eso no fue lo que yo escuché. El esta algo así como enamorado, admítelo y no le haré nada. Todo lo que haga será destruirte.

Todavía tenía en mi posición el teléfono que usábamos para hablar, esperaba que ellos lo tuvieran también. Lo activé con un movimiento de dedos, también active a Baymax. —Bien, no quería decir nada porque era privado. —Empezó a removerse un poco y cuando vio donde estaba levanto la cabeza de golpe viéndome a los ojos.

—Dilo. —encajó la punta en su brazo y comenzó a sangrar ligeramente. —Vamos, súper héroe.

—Somos pareja. —el tipo sonrió macabramente y se alejó de él.

—Lastima que eso solo me de más motivos para matarlo. —el chico se removió e intentó hablar pero el Kire lo había también amordazado. —Mira como tú novio se muere. —sacó un arma. ¿Cuantas cosas tenía en su traje que no veía?

Dispuesto a interponerme corrí cuando Baymax salió de la nada y abrazó al tipo, el ahora tenía su armadura de nuevo, los chicos llegaron con sus armas, más no con los trajes. Corrí con Miguel y lo solté. —¿Quienes son? ¿Porque ese tipo quería matarme? ¿Y porque dijiste que estábamos juntos?

—Bueno, el fue nuestro último enemigo, Baymax se lo llevará a la policia, y solo dije eso porque el quería que lo dijera.

Se levantó temblando, y como dio un traspié lo sujete de la cintura, nuestros rostros estaban tan juntos que si quisiera podría besarlo. Lo cual obviamente no hice. —Mi héroe. —sonrió como siempre lo hacía y se levantó en sus pies, se alejó un poco y volvió a sonreír. Los chicos se había llevado al tipo y Baymax lo estaba analizando.

Esas dos palabra aún sonaban en mi cabeza, creo que serán mi perdición.

*HIGUEL* Mi Héroe Donde viven las historias. Descúbrelo ahora