Capítulo 4

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FRANCO

Esto es lo que he tenido que estar haciendo desde hace mucho. La verdad comenzó cuando mamá falleció hace un año y las golpizas de mi padre se tornaron peores. Gasolineras, tiendas pequeñas, billeteras y objetos valiosos de turistas. Tenía que ser precavido. Robar solo tenía un objetivo, sacar a mi hermanito de esa mierda de hogar. No iba a dejar que Roger le pusiera una vez más sus manos encima de él. Era la peor persona que existía en esta tierra. Como padre era un animal, como persona era un monstruo pero como alcohólico era un campeón. Siempre nos maltrató pero a ocultas de mi mamá. Mamá por el otro lado nunca estuvo en casa porque hizo todo lo posible por mantenernos. Cáncer, ese fue el arma asesina. Y ahora la custodia era toda de mi padre. Pero lo iba a cambiar pronto. Tenía un plan. Iba a reunir toda el dinero y huir de ese infierno con Campbell lo antes posible.

El problema: una entrometida lo cambió.

No sabía si era realmente un problema porque era millonaria. Pero ya iban tres días cautiva en mi sótano y no había ninguna noticia de ella en las noticias. Y mi paciencia se estaba colmando. De repente la chica tenía razón y nadie sabía que ella existía aún entre millones de personas.

Tuve que entrar al cuarto de mi mamá, siempre con ese olor a leche de coco, su loción favorita. Sus cosas aún estaban alborotadas por doquier y los frascos de sus colonias aún rotas en el suelo luego de que mi papá se enterara que falleció. Su ropa aún olía a lavanda.

Tenía que llevarle ropa a la chica porque su vestidito que parecía una camiseta me distraía demasiado. No podía negar que era una chica hermosa pero había muchas de esas en el mundo. Lo que me llamaba de ella era su valentía. No mostró llanto ante la situación y todos los días que había estado acá mostraba fortaleza.

"¿Cómo te llamas?" Me preguntó mientras que se cambiaba luego de que me obligara a voltearme. Yo como estúpido le hice caso.

"¿Crees que soy idiota? ¿Cómo sé que no se lo vas a decir a los policías?"

"Bueno, de seguro que hay muchas personas con tu nombre y prometí no describirte. Soy una chica de promesas." No entendía su calmado tono. No entendía como no me tenía miedo, pero tampoco entendía porque le respondí.

"Franco."

"Yo soy Annie. Bueno, mi nombre es Anna Sophia pero todos me dicen Annie."

"Es bueno saberlo." Dije sarcásticamente porque en verdad su nombre me importaba poco. Creo que lo había escuchado en las noticias cuando la vi por primera vez junto a su papá pero no lo recordaba. Su rostro, por el otro lado, era inolvidable.

Cuando ya estaba lista giré a verla y mis ojos se iluminaron. Le había traído el famoso vestido largo melón de mamá. Se le veía hermosa y un recuerdo golpeó mi pecho. Pero luego observé curitas por todas sus muñecas. A largas zancadas me acerqué a ella y con ella resistiéndose se las empecé a sacar dejando al aire espantosas cicatrices.

A Los Lugares Más OscurosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora