1- Luces y...

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Luces, gris... fundido... cabecera... y... ¡Acción!

A modo de señal, como habían acordado, anuncian su nombre y entra.

Aplausos. Luces parpadeantes. Ovación. El público en pie. Saluda haciendo una cómica reverencia. Se percata de que su último single ha estado sonando a todo volumen en el plató mientras entraba. "Lógico, lo había olvidado" piensa.

Las luces del plató siguen parpadeando, el público está entusiasmado. Y esto es solo el preludio de una gran entrevista, de una gran noche, de muchas sensaciones que están por llegar. "Que ganas de todo esto otra vez. Cuánto lo echaba de menos" se dice para sí mismo.

Aún entre reverencias, besos al aire y agradecimientos muy vocalizados, pues la música alta no permite decir nada por encima, lo encuentra de pie, con los brazos abiertos, esperándote.

Por fin llega hasta él, se saludan en un tono muy alegre y cordial, naturalmente, como la familia que casi se diría que son. Ya habían estado saludándose antes entre bambalinas, muy brevemente, eso sí. Ya que, al llegar con el tiempo justo, por culpa del retraso que había sufrido su avión debido al mal tiempo, no habían tenido oportunidad de nada más.

Esto es raro, rarísimo. Para ambos. Se miran y coinciden en ese pensamiento, sin mediar palabra, saben que así ha sido. Se sientan en los sillones de cuero marrón. Alfred observa el plató. Todo gana mucho en persona, nada que ver tiene con cómo se percibe desde casa, desde el sofá, por televisión. Mucho mejor desde allí, por supuesto. Solo le falta ella y entonces sí que sería perfecto. En el fondo sabe que todo aquel que conozca su historia en esa sala, está pensando lo mismo.

Cesan los aplausos, bajan la música, está pletórico, ambos lo están. Lo guía hasta los asientos de piel y ambos se sientan, mirándose, sin creerlo.

"Shh... ya empieza"

El anfitrión, toma primero la palabra con una sonrisa que ya no conseguirá borrar de sus labios en toda la noche.

- Bueno, bueno, bueno... pues ya estamos aquí, otro día más con todos vosotros en directo a las -mira el reloj- nueve y cuarenta y nueve minutos, una hora menos en las Islas Canarias. Y... hoy ha venido a visitarnos en "Hablemos de música" un gran amigo, - y se aparta para decir como en secreto - que me hubiese gustado traer antes pero el chico está muy ocupado. Ahora sí que sí, después de tanto tiempo deseándolo aquí estás nada más y nada menos que el mismísimo, Alfred García.

Más aplausos, más música. La sonrisa ya se ha instalado de forma permanente en ambos, en todo el público de plató y en todos los espectadores de toda España que esperaban desde hacía mucho este reencuentro televisivo.

- Gracias, gracias, muchas gracias, joo... Manu, muchísimas gracias por invitarme, es un verdadero honor, mestre. -dice como puede intentando lidiar con la sonrisa tonta que le estira las mejillas y no lo deja hablar y las lágrimas de emoción que amenazan con brotar, que le iluminan la mirada como tantas otras veces. Pero, recurriendo al profesional en el que se ha convertido lo consigue, lo entierra y ya saldrá luego. 

Prosigamos.

- Gracias a ti por venir, como ya he dicho, sabemos que tu agenda ha vuelto a las andadas y no ha sido fácil hacernos un hueco.

- Bueno, algo así, más o menos. - sonríe entre abrumado y pletórico, está un poco desentrenado, quizá - Tenía muchas ganas de esto otra vez. Después de un año tan intenso en lo personal, han ido saliendo muchas canciones y me moría por compartirlas.

- Qué bien -hace una pausa y lo mira con gesto sincero dándole una palmadita en la rodilla- como me alegro, de verdad Alfred, nosotros nos morimos por escucharlas, yo tengo que decir que lo poco que conozco de este nuevo trabajo es maravilloso así que fliparemos con el conjunto, estoy seguro. - una mirada cómplice, solo maestro y alumno por un milisegundo, reconfortante, desde luego - Bueno, a ver... -dirigiéndose al público de plató y a las cámaras- por si alguien lleva viviendo debajo de una piedra los últimos diez años... Él es Alfred García -aplausos- ex concursante de OT, uno de los músicos más grandes que ha parido este país y tengo la suerte de poder decir que también un gran amigo y mejor persona y hoy ha venid...

Alfred le interrumpe poniendo su mano sobre la rodilla de Manu, para no perder las buenas costumbres, lo bueno no debe perderse.

- Y él es Manu Guix, el mejor músico que ha parido este país, un grandísimo productor, mi maestro y por suerte, pues creo que puedo decir lo mismo... un gran amigo y excelente persona.

- Puedes, puedes, claro que puedes... -se miran, sonríen. Si se pudiese parar el tiempo este sería un buen momento.

Miles de recuerdos revolotean por sus mentes, se lo notan mutuamente. Alfred se levanta un poco del sillón para chocarse la mano en un gesto amistoso pero Manu lo empuja hacia sus brazos, finalmente se levantan y se abrazan. Todo lo que sienten traspasa las pantallas. Desde casa ella se muere de envidia, desearía estar allí con dos de las personas que más marcaron su vida y su carrera. "Tenemos que hacer un reencuentro"- piensa. Pero rápidamente desecha la idea por el absurdo de esta.

Manu es el primero en volver a hablar:

- T'estime chaval, los sabes, ¿No?

- Ho sé mestre - le brillan los ojos. Todavía más.

- Madre mía, a ver cómo sigo yo ahora con la entrevista. - dice entre risas y aplausos emocionados del público. Este momento forma ya, parte de la historia de la televisión.

- Doncs ja veus, nen.- responde Alfred en un intento de "desdramatizar" la situación.

- A ver... por dónde iba... -remata siguiéndole el juego- vale, vale ya sé... a ver, hoy vienes a presentarnos, por fin, y, tengo que decir que... en primicia -apunta alargando el final de la frase provocado así revuelo y aplausos en el público hasta que vuelve a hablar- el que será tu quinto di... ¡Espera! ¿Quinto? ¿Ya? -Alfred asiente con la cabeza- Que mayor me siento. -risas, miradas.

- Pues sí... así es -hace una pausa y respira hondo, ambos lo hacen, como tomando conciencia de todo de pronto- supongo que, como ya te he dicho antes, tenía muchas cosas que contar, bueno siempre las he tenido, ¿no? -Manu asiente, siempre supo que así era- Y espero poder decir que siempre las voy a tener, ¿No?

- Totalmente. El día que Alfred se quede sin palabras ante algo, el día que se quede sin algo que contar, aún cuando pensábamos que ya estaba todo contado, entonces la música habrá muerto y la vida ya no merecerá la pena, así te lo digo.- el público aplaude, están rotundamente de acuerdo.- No, pero ahora en serio, te admiro tanto, es que además, no sé cómo lo haces pero con cada uno, al menos a mi me has sorprendido, cuando ya pensaba que te lo había escuchado todo, pues eso, que ya estaba todo dicho, vas tú, y ¡Ala! ¡Toma disco! ¡Ala! ¡Toma sorpresas! ¿Saps?

- Joder Manu, muchas gracias, significa mucho viniendo de ti, la admiración es mutua, lo sabes.- silencio de intensidad.- Bueno, jope, lo siento.

- ¿Por qué, qué pasa, qué sientes? -pregunta riendo confuso.

- No sé si se podía decir "Joder", lo siento- dice susurrando.- Mira a cámara- Niños no digáis estas cosas es de mala educación.- todo el mundo ríe. Queda claro, una vez más, que este es su hábitat natural, entre cámaras, ya sea delante, detrás o de por medio.

Cuánto lo había estado echando de menos.

Mi mente viajera (que sigue tus pies)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora