Capítulo 3
Me avienta a la cama con brusquedad haciendo que me golpee la cabeza provocando que de un grito, sin importarle me golpea la cara.
-Cállate maldita perra -Dejo escapar una lágrima
-Tranquilo, no hay que maltratar al negocio -Le dice el otro que creo que se llama Justin.
-Tienes suerte de que el este acá, si no aquí mismo te folló perra -Me vuelve a pegar un puñetazo en la cara.
-¡tranquilízate! -Le grita Justin mientras lo jala de el brazo- No podemos hacerle nada, tiene que estar bien, si no, no nos van a dar nada pedazo de mierda -Le pega un puñetazo en la cara mientras lo avienta al piso -¡Yo soy el jefe, por lo tanto me tienes que obedecer! ¡Y si tanto quieres follar y golpear a alguien vete con esas perras! ¡Que les excita que les pegues!
-Tranquilo jefe, no tiene por que ponerse así -Le dice temeroso.
-¡Cómo mierda no quieres que me enoje si te estoy diciendo que no le hagas nada a ella! -Me señala- ¡Y lo vuelves a hacer! Mejor largarte, no te quiero ver en un buen rato.
Sale casi gateando de el miedo el otro, cuando este se fue Justin voltea a verme con una mirada fría, provocando que me de más miedo de el que ya tengo, cuando empieza a caminar hacia mi empiezo a temblar involuntariamente dejando caer algunas lágrimas.
-No me tengas miedo nena -Me dice Justin mientras me acaricia la cara suavemente- Yo no te haré daño, a menos que no obedezcas me verás enfadado y ahí si no respondo de lo que soy capaz de hacer.
Sin decir más se levanta de la cama provocando un crujido en la cama.
-Vendré más tarde a ver como estas -Se da la media vuelta viéndome- No vayas a intentar escapar, no hay forma de que te puedas ir.
Se da la media vuelta y sale de el cuarto dejándome sola, cuando estoy completamente sola empiezo a llorar desconsoladamente, aún no puedo creer que esto me este pasando a mi, lo único que deseó es que todo esto sea un sueño de el que despertare tarde o temprano, dejándome llevar por el cansancio dejo que el sueño me venza dejándome completamente dormida
[***]
Escucho una puerta abrirse provocando un fuerte chirrido, abro lentamente los ojos esperando que todo lo sucedió fuera un simple sueño, pero las esperanzas se fueron cuando vi el cuarto en el que estaba, Justin se acerca a mi con una bandeja, la deja sobre una mesa que está cerca de la cama, camina hacia mi y se sienta a lado de mi lo único que hago es alejarme involuntariamente, este se acerca más.
-Te voy a quitar las cintas para que puedas comer, nada más no intentes escapar.
Sin decir más me empieza a quitar las que tengo en las manos provocando un alivio al volver a sentir mis manos libres, baja las manos lentamente provocando un escalofrío en mi cuerpo, al llegar a mis pies quita la cinta dejándolos libres.
Camina hacia la entrada y prende la luz provocando que yo cierre los ojos, lentamente los abro y miro a un chavo realmente guapo que me esta observando desde lejos, parece un ángel tiene unos hermosos ojos cafés, unos labios gruesos rosados, un pelo realmente lindo pero en ese mismo instante caigo en la fría realidad, el no es un ángel, el es un demonio, el es mi secuestrador.
Este camina hacia la mesa para recoger la charola, al tenerla en las manos camina hacia mi, se sienta en la cama y me acerca la charola que contiene comida, al verla mi boca se hace agua, y mi estómago gruñe, ¿cuanto tiempo tendrá desde la última vez que comí? Sin pensarlo dos veces agarro la charola y empiezo a comer, esta realmente delicioso.
Al terminar le doy la charola a Justin.
-Gracias -Le digo en un susurro.
-De nada.
Se levanta con la charola en las manos dispuesto a dejarla en la mesa, observo esperando que se vaya de la habitación pero no lo hace, al dejar la charola en la mesa vuelve hacia acá con pasos lentos, que resuenan por toda la habitación, al llegar a mi lado se sienta y me observa atentamente, un escalofrío de miedo recorre todo mi cuerpo, esperando lo peor.
-Tranquila, no te voy a violar -Me dice con su voz gruesa como si supiera lo que pensé-. No hasta que me lo pidas, y eso ya no sería violación.
Una sonrisa pervertida aparece en su rostro al observarme de pies a cabeza, lo único que hago es encogerme en mi lugar.
-Pero ahorita hablaremos de otra cosa -Me dice usando un tono formal-. Te diré las reglas que tienes que cumplir mientras estés acá. Ya que no siempre estarás encerrada acá, más bien te daré un cuarto mucho mejor, vas a poder estar por toda la casa, ser libre, pero en la casa.
Se detiene y observa mi reacción, la verdad no se que casa tengo a decir verdad, pero creo que demuestra un poco de sorpresa.
-Número uno: No trates de escapar -Me dice mientras levanta un dedo-. No hay forma que puedas hacerlo. Número dos: Tendrás un celular, pero no puedes llamarle a nadie, más bien no podrás ya que sólo puedes marcar mi número y el de uno de mis compañeros, de igual manera sólo mi compañero y yo podremos llamarte. Número tres: No me molestes cuando este enojado. Número cuatro: Tienes que obedecer a todo lo que te diga -Me mira cauteloso esperando mi reacción-. Y la número cinco, la más importante: No entres a la habitación que tiene una puerta color negra. ¿Estás de acuerdo o prefieres quedarte en este cuarto?
-S-sí -Le respondo tartamudeado.
-Entonces levántate y ven conmigo -Se da la media vuelta y camina hacia la entrada.
Trato de levantarme, pero las piernas me fallan, realmente parecen gelatina mis piernas, yo bufo al no poder caminar bien, lo miro y noto que se quiere reír pero lo quiere disimular, así que mejor se voltea para no mirarme.
Cuando mis piernas al fin reaccionan y dejan de parecer gelatina camino lentamente hacia el, voltea a verme, al ver que estoy a lado de el, se voltea y empieza caminar lentamente lo sigo.
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El Secuestro© -CANCELADA TEMPORALMENTE
ActionUn secuestro puede tener consecuencias, pero uno no sabe si las consecuencias son buenas o malas, el único que lo sabe es el destino, y tal vez un secuestro pueda cambiar la vida del famoso Justin Bieber