Capitulo 1: "Presentación no tan amistosa"

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1930 Francia, París

Teatro Garnier...

-Alice....-le dije mientras le acercaba la cuchara de plata con sopa- tienes que comer...Madame Bilwing fue amable en dejarnos quedarnos, incluso nos dio comida, debes ya aprender a comer todo....-le suplicaba, ya sabia que mi pequeña prima era testaruda con esto de la comida.

-¡Pero no me gustan las verduras!-

-Bien, eliges comer o morir de hambre, es tu elección-le dije, lo cual paso unos minutos para que ella terminase comiendo todo, con mala cara, pero todo, así que es un mini avance supongo.

-Muy bien-le felicite para luego dejara que ella fuera al cuarto que nos asigno Madame Bilwing.

-Joven...-hablando de la reina de roma.

-Señora Bilwing....-me levanto de mi asiento para inclinarme un poco-le agradecemos de verdad que nos haya dejado quedarnos aquí...intentaremos no ser molestia y buscare un trabajo lo mas rápido que pueda para buscar un alojamiento...

-por nada joven, pero no sera necesario pequeño, eres nieto de un viejo amigo y no voy a permitir dejarte solo en esta ciudad,ademas creo que tu puedes trabajar aquí, lo mas seguro es que puedas quedarte aquí con la aprobación del director, me seras de ayuda con las bailarinas-sentía como si me hubiera ganado la lotería, la mujer era muy amable y generosa con nosotros desde que nos encontramos, no puedo evitar agradecerle a Dios que nos haya topada con ella.

-De verdad muchas gracias...no sabe lo mucho que significa para nosotros..-le sonreí, por un rato se quedo mirándome, supongo que la razón es obvia...

-¡T/n! ¡Mírame!-me llamo Alice, pero al voltear vi que llevaba puesto un tutu de alguna bailarina que no sabría de donde o como lo consiguió, pero sabiendo que eso es material de la opera no pude evitar alarmarme al ver que lo tomo sin permiso.

-¡Alice!, ¿donde lo sacaste?, sabes que no esta bien tomar cosas que no soy tuyas, debes quitártelo...-le replique con un tono medio molesto, pero no lo suficiente para parecer enojado, ya que se que comenzaría a llorar.

-no, esta bien, puede quedársela-hablo la señorita Bilwing

-¿Qué?, p-pero señora...

-Ese tutu ya no le cabe a ninguna de nuestras bailarinas, pensaba ir a desecharla, pero al parecer a ella le gusto.

-Alice, ¿que se dice?-mire a mi prima.

-¡Gracias! ¡Así podre practicar y ser la mejor bailarina del mundo!-expreso felizmente, en el cual no pude evitar contagiarme de su sonrisa.

Luego, ella se alejo para irse a nuestra nueva habitación, dejándonos a la mujer y a mi solos.

-¿Así que bailarina?-pregunto de repente.

-Siempre le gusto bailar...pero nunca tuvo la oportunidad de ir con un maestro o instructor, ya que sus padres no les gustaba ese tipo de baile...

-ya veo...si no es molestia podría yo enseñarle, se nota que quiere bailar, no nos vendría mal una bailarina mas, hasta que tenga la edad de poder unirse al conjunto le tomare clases, sino ella estará aburrida sin hacer nada por aquí.

Escuchar tales palabras de amabilidad agrandaban mi corazón y alma, si había mas personas como la señora Bilwing juraría que podría estar en el cielo.

-¿De verdad? ¿No seria una molestia?-mi tono se notaba que lo que dijo realmente me emociono.

-Por supuesto que no, seria beneficioso para nuestra opera,mas usted, joven...

La voz que ilumino a la oscuridad...(Male! Reader X Erik)Where stories live. Discover now