♡Mi Droga Favorita (Jin y tú) BTS♡

Capitulo #11 ♡♡♡

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No pude evitar dejarlo ahí parado, pues su comentario en verdad me había sacado de mis casillas, quien se creía ese tipejo para meterse en mi vida? y peor aun quien era él para atreverse a opinar lo que hacia o no?. Su actitud había alterado todo mi ser, estaba a punto de sacar mi lado fiera y romperle la maldita cara de porcelana que tiene pero al recordar el echo de ser mi jefe tuve que aguantarme las ganas de decirle unas cuantas cosas...

Pasaron las semanas y quise evitar roces con él, por eso cada vez que me lo topaba optaba por tomar otra ruta para no tener que ver le la cara a ese estúpido encantador por un largo tiempo y para mitigar la rabia que le traía, cada que podía me iba de parranda con Ana, llegando súper borrachas todas las noches, sin importar me llegar algo ebría al trabajo. No podía evitar escuchar los buenos comentarios de los sexis dueños de la empresa como eran de encantadores bla bla, más palabrerías para odiar más a ese tonto.

Me estaba hartando escuchar hablar a esas tontas de ese idiota, en cada rincón escuchaba su nombre y en mis sueños era un tormento, en mis borracheras lo llamaba por su nombre, menos mal y no contaba con su numeró telefónico si no le estaría llamando como estúpida para ofenderlo o cosas peores, diciendole que lo amaba o cosas cursis, pues ya tomada no media mis palabras, me transformaba en alguien más y eso seria sumamente vergonzoso. El dinero se me estaba acabando pero siempre Ana tenia un plan b para que no nos diera hambre, y de paso sentirnos en el paraíso cada que se nos antojara, en cualquier momento y en cualquier lugar a la ora que fuera, esas pastillitas de colores eran excelentes, un éxtasis total, miles de sensaciones recorriendo mi cuerpo era realmente maravilloso.

Se había acabado todo el dinero y lo único que nos quedaban eran un par de cápsulas, las cuales ya habían pasado el efecto y tenia que estar muy temprano en el trabajo, con un grado de dificultad me fui a trabajar un poco mareada de la noche anterior y en la hora de la comida extrañamente el hambre tocaba a mi puerta y daba en mi bolsillo pues no contaba ni con una mínima moneda para un misero pan, entonces con un poco de esperanza comencé a buscar alguna moneda o algo que pudiera dar por algo de comida en mis bolsillos pero sólo encontré una pequeña cápsula que me había sobrado de la noche anterior y sin que nadie se diera cuenta fui por un poco de agua y la tome de un sólo trago sin pensar en nada más que mitigar el hambre que me estaba matando y fue entonces donde comenzó la fiesta dentro de mi cuerpo.