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Narrador omnisciente.

El sol estaba a nivel máximo cuando taeyong estaba cruzando la calle que estaba frente su casa y frente la de su nuevo "alumno".

La mirada del pelicastaño recayó por decimoquinta vez en la puerta de la casa de enfrente. La casa de "el" se dijo a sí mismo, Taeyong pensaba que sería una jornada muy normal, ocultaria su nerviosismo. Todo estaría bien. Lástima que no conoce a Nakamoto Yuta.

Pov. Taeyong

- vamos Taeyong deja de ser un cobarde, toca la jodida puerta.

Observe nuavemente la puerta estire mi mano en forma de puño para tocar la puerta, cuando estaba apunto de tocar la puerta mi mano volvió a bajar colocándose a un lado de mi muslo. Me hizo retroceder unos pasos volví a acercarme y a retroceder nuevamente. No podía y tenía que estar ahí hace 5 minutos. Mierda.

Luego de unos 5 minutos decidí tocar la puerta solte dos simples golpes sobre la puerta de madera de color café claro. Unos segundos después los cuales se me parecían unas 10 horas una señora oriental, Japonesa si no me equivoco. La señora tenía el cabello rojo oscuro claramente teñido, su piel de color blanca levemente oscura, una cara con facciones bonitas, era una mujer hermosa, digna de observar.

-Hola ¿eres Lee Taeyong? -Pregunto la señora con una sonrisa dulce. Yo sentí de manera leve y sonrei de la misma manera que ella, bueno intente sonreírle de la misma manera - Bien, cariño pasa por favor. - Dijo ella haciéndose a aún lado -

-Buenas tardes - Dije de manera educada inclinando mi cabeza realizando una leve reverencia de respeto. -

- Bien, mi hijo está arriba te molestaría ir tu solo, segundo cuarto a la izquierda. Debo terminar la comida para que no se queme por que ya sabes si yo no lo hago no lo hace nadie. -sonrio y apunto las escaleras que se encontraban casi frente a mi asenti. Cuando me acerqué a ellas subiendo los primeros escalones ella hablo - Por cierto me llamo Haruki -Dijo soltando su nombre con un coreano bastante fluido aún así se escuchaba su renombrado acento japonés.-

- Lee Taeyong aunque eso usted ya lo sabe, de todas formas un gusto.- segui subiendo las escaleras luego de sonreír por última vez hacia la joven señora.-

Mientras caminaba por las extensas escaleras sonreí al ver todas las fotografías enmarcadas mirando una familia con más de dos personas. Sonrei con nostalgia.

Llegue a la segunda puerta de la izquierda, la última y abrí esta sin previo aviso o siquiera tocar gracias a todos los nervios que recorrían mi cuerpo, había olvidado mis modales en casa. Pero mierda me arrepentí en el momento de abrir la puerta sin siquiera tocar, bueno tal vez no me arrepentí tanto.

Ahora yo un simple ser humano indigno de ver el cuerpo de la persona que lo atraía. Lo estoy haciendo, aseguro mi vida a que mi boca esta en una perfecta "o" mientras analizaba su cuerpo para luego abrir mis ojos y mirarlo directamente sin siquiera moverme.

-Hola, si, quien carajos te ah enseñado modales. Por qué en la puerta de un extraño se toca antes de entrar. -expulsó con simplesa mirándome serio enarcando sus cejas a la par que no dejaba de mirarme mientras se colocaba su ropa. -.

Me sonroje demasiado, mis mejillas y gran parte de mi nariz estaban de color carmesí, que digo carmesí de color rojo el más oscuro del mundo. Asenti una diez veces para darme la vuelta y chocar contra la puerta antes de abrir esta y salir de la habitación con mi respiración a mil por segundo.

- excelente, primer día con mi alumno el cual me gusta y lo veo desnudo y también claro parezco un cavernícola sin modales.

Can you hear me?. [ 𝘺𝘶𝘵𝘢𝘦]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora