˚✧˳⁎˚✧ ↬ Taehyung empezó su segundo año universitario con el pie izquierdo; una infidelidad de parte del amor de su vida. En sus malos momentos, el hermano de su mejor amiga, comienza a interesarse en él y lo persigue para algo más que una amista...
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Recorría los pasillos con la cabeza baja y a con tranquilidad, las ganas de llegar a la cafetería y pedir algún batido especial para perderse entre los gustos excepcionales. No iba a gran velocidad, había tenido su última clase con el molesto señor Minseok, aquel señor de baja estatura y lentes redondos retiraba todo rastro de deseo de seguir estudiando sistema de empresas, aunque amaba su carrera y quería conseguir una licenciatura, pero estar cinco años aguantando aquel profesor no era algo tentador.
El griterío del pasillo, más los choques con fuerza que recibía porque había estudiantes que llegaban tarde, lo estaba aterrorizando. Abrazaba con mucha fuerza sus manuales, no quería que caigan y se arruinen con un pisotón o con alguna cosa pegajosa del suelo, el servicio de aquel campus era un tanto vago.
Le causaba gracia, todos a su alrededor sonreían, reían o asta veía parejas besándose, sin importar que algún profesor les retase porque "La clase comenzó hace veinte minutos, estudiante Kim" ajá y la fecha recién la dicta señor Minseok.
Volviendo a Taehyung, aquel chiquillo que hace unos días encontró a su novia besándose con su mejor amigo, estaba destruido. Siempre fue enamoradizo, tenía un tipo de chica ideal: estatura alta con cuerpo delgado, sonrisa agradable y que alrededor de los ojos aparezcan pequeñas arruguitas cada vez que le sonría, le haga mimos en los lugares correctos y sepa dar aquellas caricias tan lindas en su cabellera. ¿Cocinar? El se podía encargar, o mismo pedir comida rápida ¿Limpiar? Las mujeres eran demasiado hermosas para arruinarse con aquella suciedad, debían brillar, según él.
Desde que entró a la universidad y conoció a JiEun, pensó que se enamoraría de aquella chica que cumplía a la perfección sus expectativas, era demasiado divertida y con mucho conocimiento, pero no existía química, atracción, era nula. Además, desde su primer beso con su mejor amiga de la niñez, supo que no debía mezclar la amistad con el amor, eso era muy malo y más si la otra persona te es de gran ayuda en la vida.
Ya no faltaba casi nada para que llegue a la gran puerta de la cafetería, ya estaba pensando que pedir además de aquel batido, una porción de pastel de limón no sonaba para nada mal. Claro, seguiría pensando en todo ello si no fuera porque ahora recibió un fuerte golpe a su hombro, perdiendo un poco de equilibrio y cayendo, dejando sus libros demasiado lejos de su cuerpo y viendo con odio al culpable de aquel acto tan maleducado.
— Jackson. — dijo, llamando la atención del chico más famoso de la universidad. El cabello rubio en punta con la piel bronceada y musculosa negra era demasiado para la vista de muchas chicas, pero para el género masculino – o sólo Taehyung – era un patán de primera clase, le gustaba meterse en problemas.
— Oh, miren quién está aquí. — respondió, con una sonrisa tan grande. — ¿Cómo va, Taehyung? Me llegaron comentarios de amigos, volviste antes de vacaciones, ¿sucedió algo malo? — le guiño el ojo. Wang tenía muchos contactos en las residencias más campus, era el líder de una fraternidad y era la peor de todas, la misma que armaba fiestas todos los santos días. Sabía todo de los alrededores, y decir que era chismoso más molesto era algo que le entraba tan bien en la descripción y currículo.
