˚✧˳⁎˚✧ ↬ Taehyung empezó su segundo año universitario con el pie izquierdo; una infidelidad de parte del amor de su vida. En sus malos momentos, el hermano de su mejor amiga, comienza a interesarse en él y lo persigue para algo más que una amista...
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El tiempo había pasado a gran velocidad, el otoño estaba palpable, las hojas caían con sorpresa al suelo bañado de todos marrones y anaranjados, el clima se volvió más ventoso y el cielo más gris, así se había sentido Taehyung, hace unos meses, dónde sólo veía oscuridad y no el claro cielo.
Decir que los exámenes le iban de maravilla sería una mentira tan grande como la visita a la luna por parte de los Estados Unidos, algo tan inmenso como el dicho de que la tierra es plana, y tan monumental como el cuento de Pinocho. Sí, se sentía malísimo, creía que desaprobaría cada uno de estos, ¿a quién rayos le importaba lo que decía la ONU? Después de todos, sus diecisiete objetivos no se llegarían a lograr, se necesita de pobreza, de hambre, de problemas ambientales, todo lo blanco tiene algo negro, no se puede vivir en un mundo perfecto sin problemáticas. Pero claro, llegaba a poner aquella respuesta en un parcial y los profesores lo agarrarían de la oreja para decirle que "Cómo gente como tú, con pensamientos tan negativos, el mundo está como está" No es negativo, sólo realista.
Pero la única cosa positiva que le encontraba a todo lo que le sucedía, fue aquel pequeño acercamiento con Jeon menor, el chico era un inteligente derecho e izquierdo, de arriba abajo y de adelante para atrás, se veía como el típico chico malo con ropas oscuras y juntas turbias, pero era una persona tan encantadora y serena, tranquila y coherente, que le sorprendía como alguien tan puro se juntara con la gente más diabólica.
Jungkook recitaba el texto de aquel largo apunte que debía aprenderse de memoria para la semana que viene, llevaban dos días y ya sabía en dos idiomas lo que la mitad de los textos decía, aquel chico castaño de ojos café era su superhéroe, quien lo estaba salvando lentamente.
— Realmente no comprendo, lo que plantea esto es que una empresa debe sólo contar con las opiniones de sus accionistas y empleados de poder, o sea, la gente de arriba en plan presidente y esas mierdas. Estoy en contra. — dijo Jungkook, tirándose contra la pared y moviendo su cabello a un lado, revolando los apuntes sobre la frazada roja para que se pierdan por ahí. — Si yo fuese alguien de arriba, tomaría decisiones acordes las personas empoderadas, accionistas y empleados, porque, de todos modos, gracias a ellos la compañía está en pie, son los que se llevan la mayor parte del trabajo, esto es patético. — gruñó, dejando que Taehyung se reía por lo molesto que se encontraba. — ¿Qué? ¿Qué es gracioso?
— Te enojas por un simple texto, es recomendable, o obligatorio, cada uno hace lo que quiere con lo que tiene, es así. — sonrió, Taehyung anotó las partes resaltadas, formando un cuadro sinóptico y sonriendo por el perfeccionismo que aplicó en aquella hoja cuadriculada.
— Sólo me quejo, es tu decisión escucharme o no. — levantó los hombros Jungkook, estirándose con mucha tranquilidad sobre la cama perteneciente al castaño claro. — ¿Seokjin dónde está? — preguntó, mirando la cama vacía frente a la que estaba.
