✒XXXI

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Había pasado más de 6 años después de lo sucedido. Tanto Kyle como (T/N) no volvieron hablar mas.

Su vida fluyó de manera tranquila alejados uno uno del otro, ambos habían logrado metas que tanto ella como él se habían propuesto.

Ahora era momento de nuevamente verse a las caras, solamente fue porque tu amigo Clyde se casaba con una hermosa mujer dentro de poco y ambos los habían invitado.

(...)

Cuando llegaste fue lo más incómodo saber que a todos los había sentado en una mesa, mientras algunos platicaban animadamente y otros cuantos recordaban el pasado tu te quedabas en silencio revisando tu celular verificando si tenias algún mensaje sin leer. Las personas te incluían en las platicas pero no eras de mucho hablar, unas cuantas cosas decías y volvías a mantenerte en silencio.

Al sentir la mirada del pecoso la ignorabas y así estuviste durante un largo tiempo.

Pronto sonó una lenta canción asiendo que las parejas fueran a la pista para poder bailar, tanto tu como Kyle fueron los únicos en quedarse sentados, ninguno de los dos había llevado pareja y apezar de que Craig te invitó a bailar lo negaste. Se había formado un silencio incómodo el cual el pelirrojo lo interrumpió con una fingida tos.

— (T/N)... ¿Quieres bailar?  — Apenas había sido lo suficiente audible para que ella lo escuchara pero aun así no obtuvo respuesta ¿Por qué aún vivía empeñada en lo que antes había sucedido entre los dos?.

Ella asintió sin decir nada,  ambos se habían levantado para caminar hacia la pista y prepararse para poder bailar.

En aquella canción no hubo incomodidad, no hubo un odio entre los dos, solo una paz.

Comenzaron hablar sobre lo básico básico de su vida,  sobre lo que había sucedido entre otras cosas que ambos hicieron sonreír hasta que tocaron el tan inesperado punto donde donde los dos se disculparon y use dijeron muchas cosas.

Al final de todo ambos se habían dado una oportunidad... Solo una pequeña

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— Papá. Mamá dice que ya está la cena —

comentó la niña menor de edad, de hebras rojizas y ojos color (c/o).

— Dile a tu madre que ya voy —

Comentó el adulto de piel pecosa mientras aún revisaba aquellos papeles con cosas escritas que le hacían sonreír una que otra vez.

La menor solo asintió para salir corriendo del cuarto hacia la cocina donde estaba su madre preparando la cena.

El mayor de hebras rojizas comenzó a aguardar todo de nuevo todo en la caja que anteriormente tenía varios recuerdos de su juventud, recordando en ese momento todos los momentos de su adolescencia junto con la chica de nombre (T/N)

— Creí que las habías tirado —

Comentó la señora de orbes (c/o) y estatura promedio. Se encontraba recargada en el marco de la puerta cargando a una niña de 1 año de edad, de piel pecosa. Observaba atentamente las acciones de su esposo.

— ¿Por qué las tiraría?, Las hiciste tú —

Comentó su esposo al voltear a mirarla. Ella se encontraba cargando al menor de sus dos hijas que estaba jugando con un muñeco. Una sonrisa se formó en los labios de la femenina.

— Vamos a cenar —

Respondió la señora de hebras (c/c). Su esposo quitó de sus brazos al pequeño haciendo reír al bebé.

Sin más que decir, ambos salieron de aquel cuarto que estaba lleno de recuadros donde aparecían sus dos hijas o ellos durante su adolescencia.

Habían tenido momentos malos y buenos pero todos al final habían valido la pena. Ahora tenían una familia y se sentían contentos de ello.

¿Quién diría que todas esas cartas ayudarían?

Fin

Cartas [kyle × Reader] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora