Qué difícil es jugar a que no me duele,
a que no me importa,
a que me es indiferente
cuando siento que por dentro el corazón se me achicharra como plástico al fuego,
así haciéndose chiquito y desintegrándose dejándome
solo un montón de humo apestoso y una esperanza muerta.
Es más complicado a esta hora,
no sé si por los recuerdos o
porque la madrugada en sí es melancólica;
enserio no lo sé.
Solo sé que en estos momentos
en más fácil quebrarme y
llorarte y decirte todo,
escribirte una carta
que nunca te voy a enviar
Hacer grabaciones bajo las sábanas
en las que te cuento todo,
todo y me rompo frente a nadie
pero juego a que es frente a ti,
a que me escuchas
que me tocas el cabello y
que me dices «no llores más, preciosa» y entonces me arrullas hasta que me duermo.
Pero al día siguiente solo está tu ausencia calándome entre la piel
los huesos y corriendo por entre mis venas.
Simplemente soy... insuficiente.
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Hablando de tu ausencia
PuisiDonde las sensaciones fluyen al ritmo de los sentidos, donde se anida el recuerdo, donde se esconde la tristeza. La historia mediante poema y prosa de como una mirada cambió mi existencia.