Seis

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Unas horas después de que había llegado a la casona, una de las doncellas llamó a la puerta de Louis y luego entró.

...—La cena ya está lista señor, puede bajar al comedor cuando guste.

—Gracias Zoe, ¿verdad?—la omega asintió—...emm, bajaré en un momento.

—Muy bien, señor.

Louis se cambió de ropa y se piso algo cómodo, luego descendió las escaleras muy sonriente y caminó por el largo pasillo donde se encontró con Amelia.

—Disculpe, ¿por dónde se va al comedor?—preguntó.

—Oh señor... sígame, yo se lo indicaré.

Los dos omegas caminaron hasta llegar a unas puertas blancas, las cuales la ama de llaves deslizó suavemente y sonriente este pudo ver el lujoso y precioso lugar, aunque su sonrisa se apagó enseguida, al comprobar que tan solo había un servicio en la mesa.

—¿Y Harry?—preguntó confuso.

—El señor Styles nunca viene para cenar, señor Louis... Él siempre tiene muchos compromisos.

El omega asintió entristecido pues el ojiverde no le había comentado nada de eso, así que resignado caminó hasta la mesa y se sentó en la silla que Amelia le señaló.

Disfrutó de la deliciosa cena que la cocinera preparó en su honor y luego tras curiosear un poco por el comedor y la sala, subió de nuevo a la habitación.

Sobre su cama, el ojiazul se encontró unas cajas con lazos de regalo y una nota que decía: « Pontelo pequeño y espérame despierto. H», luego las abrió.

Se quedó asombrado al toparse con varios conjuntos de lencería femenina de varios colores y encajes muy finos.

—¿Será una broma verdad?—se preguntó mientras releía la nota.

Durante varios minutos, observó las íntimas prendas y finalmente se puso uno de los conjuntos pues había aceptado el trato y no podía irse.

El reloj de la mesilla marcaban ya las tres de la madrugada, cuando Louis escuchó un golpe en su puerta, entonces encendió la luz pues vio que esta se abría.

El alfa ojiverde estaba frente a él, este venía con la chaqueta en la mano, la corbata con el nudo deshecho y con un olor muy fuerte.

El omega se destapó, gateó sobre el colchóny escaló por el cuerpo del alfa

—Te extrañé—susurró sonriente.

—Me gusta mucho esa prenda negra que te has puesto, pequeño—gruñó el ojiverde.

—Me lo he puesto para ti, sabía que te gustaría—el ojiazul coqueto, dejó un corto beso en los labios de Harry.

Rápidamente, el alfa lo agarró de los hombros y lo tiró sobre la cama.

—Voy a follarte hasta que no puedas más..quiero que me supliques que me detenga—gruñó arrancandole la delicada y cara lencería.

Fuertes embestidas le fueron propinadas por furioso ojiazul, quien jadeaba sobre su cuello, envuelto en su frenesí, entonces volvió a morderle y sin poder soportarlo, Louis se desmayó.

Cuando el omega se despertó, ya todo había pasado y tras encender la luz, vio que no había ni rastro del alfa, tan sólo estaba él en la deshecha cama.

Las sábanas olían a sexo, así que se dispuso cambiarlas y en el suelo se encontró los trozos de la ropa interior que se había puesto y que apenas Harry había visto por unos segundos en su cuerpo.

Al caminar notó un fuerte dolor en su trasero, así que se acercó a la mesilla para coger la pomada donde lo había puesto, entonces vio otro manojo de billetes sobre esta.

Lo vio excesivo pues había mucho más que su tarifa habitual, aunque tras guardarlos con los demás, fue al baño y ante el espejo vio que tenía el cuerpo lleno de moratones.

—Joder, este alfa es realmente rudo... espero aguantar lo suficiente para poder juntar el máximo posible y largarme.

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12. Luces y sombras - Larry Stylinson-Omegaverse  (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora