Catorce

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El ojiverde entró en la habitación donde tanto el omega ojiazul como la ama de llaves dormían.

—Puedes irte ya a casa a descansar, Amelia—le susurró tocándole en el hombro—…Niall te llevará y yo me quedaré con él.

—Pe-Pero mi niño, Louis no quiere...él se pondrá muy nervioso y...

—Tranquila, hablaré con él, le haré razonar.

—Mi niño...él cree que sigues queriendo matar a su bebé, nunca debiste pensar en abortarlo, lo que le pasó a Taylor no tiene porque pasarle a él si lo ayudas, si eres su alfa.

El ojiverde lejos de enfadarse, asintió pues en esos días en los que creyó perder a Louis, le habían hecho pensar las cosas y darse cuenta de sus errores.

—Tranquila, él entenderá.

-Muy bien joven, entonces hasta mañana—Dijo ésta levantándose de la silla y mirando al omega dormido.

—Hasta mañana.

Tras ver irse a esta, Harry posó las flores en la mesita para que Louis las viese al despertar, no sabía porqué pero quería contemplar su rostro al verlas.

Eso no se hizo esperar pues unos minutos después, los preciosos ojos azules del omega se abrieron de nuevo.

-Son muy lindas las flores, gracias Ameli...

-Hola, pequeño-dijo el alfa en cuanto este lo vio.

-¿Do-Dónde esta Amelia?.-preguntó nervioso pues la idea de estar a solas con Harry no le inspiraba confianza.

-Se veía muy cansada y la envíe a casa pero dime, ¿De veras te gustan las flores, Louis?- el alfa acercándose a la cama.

-Si, emm...son lindas, gra-gracias..pero quiero que te vayas, no quiero verte.

Las feromonas del omega ocupaban la habitación pero no emanaban lujuria ni deseo, sino miedo por lo que el ojiverde dio varios pasos atrás  y se sentó en el sillón a los pies de la cama.

-Tranquilo Louis, no debes temerme, no voy a lastimarte.

El ojiazul suspiró entristecido.

-No es por mi.

El alfa sonrió levemente.

-Ah...por el bebé.

-Si, es por él... Sé que tú no lo quieres pero tengo todo el dinero ahorrado que me diste y en cuanto pueda me iré ...si te niegas, aprovecharé que estoy fuera de esa jaula de oro donde pretendías encerrarme de por vida y conseguiré una orden policial para mantenerte alejamiento.

Harry lo miró, entonces se levantó y caminó de nuevo hacia la cama.

-¿De dónde sacas semejante estupidez?, yo no quiero eso, ya te dije que tú no puedes dejarme, no puedes sobrevivir lejos de mi —el alfa estaba molesto pero se controló por el bien de Louis.

Un intenso silencio se hizo presente durante unos minutos, hasta que el omega finalmente lo rompió.

-Amelia me habló de tu esposa y de Jake.

El alfa entonces lo miró con ojos de espanto.

-Ella no tenía derecho, tú no tienes porqué saber de esa parte de mi vida.

-No la regañes—Louis lo miró con seriedad—... ella solo lo hizo porqué me vio llorando debido a que no entendía tu forma de actuar, lo hizo para ayudarme.

-Aún así no debió... eso te no importa.-Habló el alfa mirando al suelo.

Louis entonces rompió a llorar.

-Si que importa, Harry.... A mi si me importaba todo lo que tenga que ver contigo, quería complacerte y que vieras en mi algo más que un simple agujero que follarte.

-¡Cállate!—gruñó el ojiverde—…¡Tú no solo eres eso para mi!.

Louis resopló resignado, tenía miedo pero debía decírselo allí mismo o fuera de esas cuatro paredes jamás tendría el valor.

-Sé que sufres por no ver a tu hijo y por su enfermedad.

El alfa se acercó molesto y clavó sus verdes orbes en él.

—No sigas con eso o te haré callar.

-También se te sientes culpable por no haber podido hacer feliz a Taylor—prosiguió el ojiazul haciendo caso omiso a la advertencia—… a pesar de no amarla y de que tu padre te obligó a desposarla, te preocupa tu hijo.

De repente la puerta se abrió.

—Por favor, señor, no hable tan alto o tendrá que abandonar el hospital—le advirtió un celador.

Tras irse este, Harry miró de nuevo fijamente al omega.

-Tú no sabes una mierda-susurró furiosamente entre dientes pues no quería que lo echasen de allí por gritar más.

-Por eso no te comprometes con nadie ¿verdad?, porque temes que te abandonen como lo hizo ella.

El alfa frotó la cara entre sus manos de la impotencia que tenía pues quería gritar, quería romper algo pero no podía, no allí.

-Harry, tú temes que a nuestro bebé le pase lo mismo que a tu hijo ¿verdad?, tienes miedo que si te aburres de mi, el nazca mal y yo acabe yéndome, por eso prefieres que no nazca.

Harry resopló y finalmente asintió soltando un gran suspiro para luego romper a llorar.

—Si...si...si, ¿Estás conforme?...si, a todo si.

El omega lo contempló muy sorprendido, sabía que el alfa se sentía mal, Amelia se lo había dicho pero era tan orgulloso que se había estado negando a mostrarlo.

El ojiverde secó sus lágrimas y caminó hacía la ventana.

-Mi padre era un buen empresario pero no un buen padre- habló este con dolor-... Él provocó la muerte de mi madre... la despreció y la abandonó a su suerte y yo crecí viendo como se comportaba con sus amantes día si y día también...Él las maltrataba, las violaba y alardeaba de sus hazañas....le temía y por eso hice lo que me pidió sin objeciones.... Una noche su última amante resentida, cansada y adolorida por las palizas que le daba, lo asesinó en la cama que compartían.

-Si, lo sé y ¿Por eso tú no permites que duerman contigo en tu habitación verdad?-Preguntó Louis.

-Si-contestó el ojiverde girándose- ...Siempre temí acabar igual que él, por eso cuando corriste a la cocina y te vi el cuchillo, en la mano, yo creí que me atacarías a mí pero sin embargo tú....-Harry miró al suelo-...Tú te lastimaste a ti mismo, preferías morirte a seguir conmigo, querías morir si no tenías al bebé.

Louis muy afligido asintió con la cabeza.

-Yo jamás podría hacerte daño Harry pero estaba desesperado y sabía que si tú no querías al bebé tampoco me querías a mí.... Yo no planeé esto, ni siquiera creí nunca verme en esta situación pero es real, él está aquí-dijo señalando su vientre- ...es parte de mí y no voy a renunciar a él.

Harry chasqueó la lengua.

-¿Sabes que eres realmente increíble Louis?-el alfa acercándose-... realmente increíble y admiro tu valentía y tú tesón... A pesar de ser un pequeño omega, tienes la fuerza de un alfa...Ojalá yo la tuviera, así lucharía contra mis demonios y no me dejaría vencer como lo hago.

El ojiazul sonrió.

—Solo hazlo y permite que te ayuden.

El alfa levantó su mano y con suavidad le acarició el rostro.

—Está bien, pequeño...yo lo haré si me das otra oportunidad para ser un mejor alfa para ti.
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12. Luces y sombras - Larry Stylinson-Omegaverse  (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora