5. Tercera Leccion

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Esa chica estaba poniendo a prueba todo su autocontrol, ir enseñándole poco a poco lo estaba matando quería follársela como si fuera un animal salvaje pero estaba disfrutando como un niño con un juguete nuevo tomando su cuerpo poco a poco. Se sentó en el sillón y la miró, estaba desnuda sin contar el vestido que había quedado reducido a un cinturón en su vientre, extendió los brazos para quitárselo pasándoselo por las piernas ya que con las manos esposadas a la espalda era la única forma de librarse de él. Cuando nada le estorbaba puso las manos en sus caderas y la acercó a él abriendo las piernas para que su ombligo quedase a la altura de su boca y jugar el piercing de su ombligo

_ Mmmm. Soy un hombre de palabra pequeña – sacó el cojín que tenía debajo y lo colocó en el suelo entre sus piernas para decirle – De rodillas

Tuvo que ayudarla a colocarse pero enseguida la tuvo entre sus piernas y ella lo miraba sabiendo exactamente en qué consistiría la siguiente lección, y no parecía disgustada

_ Acción y omisión... que es lo más importante de ese tema – pensó en voz alta – Define causalidad

_Eeee... demostrar que un comportamiento ha causado un resultado delictivo ¿No? En aquellos delitos que para serlo requieren de la producción de un resultado material como consecuencia de la conducta.

_ ¿Me lo preguntas?

_No... no señor, se lo digo – le respondió

_ Bien – se desabrocho el cinturón, el botón del pantalón y bajó la cremallera. Liberó su erección antes sus ojos y ella se quedó mirando su entrepierna con la boca tan abierta que lo hizo sonreír de satisfacción. Era un hombre muy bien dotado y lo sabía, su pene era grueso y largo y a muchas mujeres les costaba albergar en su interior, esperaba que ella no tuviera problemas cuando la penetrara, era robusta pero pequeña y aunque no quería hacerle daño sabía que no podría evitar adentrarse por completo hasta saciarse - Me lees el pensamiento pequeña, te quiero con la boca abierta.

Sin darle tiempo a decir nada la sujetó firmemente por detrás de la cabeza y la acercó a su erecto y duro miembro para que lo introdujera en su boca. Ella se dejó guiar y aprisiono su glande con los labios

_ Ohhh... Eso es pequeña, chúpamela, a ver si consigues algún resultado como consecuencia

La ayudo con la mano ya que se le hacía difícil encontrar el ritmo con las manos a la espalda pero se dedicó a su tarea con fervor y él estaba en la mismísima gloria. No llegaba a metérsela del todo pero su polla entraba y salía de su caliente y húmeda boca y ella la chupaba con ansia y parecía que no se cansaba. En un momento en que se le salió, se dedicó a lamerle el tronco moviendo su miembro ayudándose con las mejillas, él la miraba encantado disfrutando como hacía años. Volvió a sujetar, esta vez con las dos manos

_ Adentro pequeña, a ver cuán profunda es tu garganta

Ella volvió a metérsela en la boca, y esta vez intentó con todo su esfuerzo albergar su inmenso pene y prácticamente lo consigue, cuando apenas le faltaban unos centímetros, paró y se quedó quieta dejando que sus manos le agarraron firmemente la cabeza

_ Joder sí. Un poco más, pequeña, solo un poco más – le dijo ronco por el placer que le estaba proporcionando

Y con un último esfuerzo se introdujo los últimos centímetros y volvió a quedarse quieta

_ Ahhh... Increíble pequeña, tienes una boca magnifica, sácala lentamente – le dijo mirándola

Una vez lo hizo le dedicó una profunda sonrisa y le dijo

_A pesar de lo fantástica que has estado y de lo mucho que lo has intentado no ha habido resultado ¿No hay delito entonces pequeña?

_ Podríamos considerarlo una tentativa Señor – le respondió ella con una sonrisa – Tenía voluntad de consumación, hay dolo.

_ Excelente, estas siendo mucho mejor alumna de lo que me esperaba – contestó sorprendido – Sigamos con la clase, este tema te encantará. 

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