Número uno. │J. Jungkook│

012

 012. "Te aplastaré, Jeon".

Mina no sabía que entendía V por "descansar" y "pasarlo en grande".

Para empezar, estaban en medio de la montaña, aislados del mundo y de la tecnología. Y, por si fuera poco, se encontraban rodeados por un bosque que seguramente al caer la noche sería tenebroso.

Mientras los profesores tenían el lujo de dormir en una bonita cabaña de madera lejos de aquél espantoso bosque, los estudiantes estaban agrupados en grupos de tres o cuatro para dormir en tiendas de campañas – que ellos mismos tenían que montar – sobre el compacto suelo y – por si no ha quedado claro – al lado de un bosque que parecía que en cualquier momento saldría alguien para asesinarlos a todos.

— ¿Hay alguien que tenga miedo a las alturas? — preguntó el profesor. Ningún alumno contestó —. Tomaré eso como un no. Genial entonces, porque subiréis ahí.

Enfrente nuestro había un circuito con unas grandes tirolinas entre los árboles. Estaban a una altura que incluso alguien que no tuviera ni un ápice de vértigo se lo pensaría dos veces antes de subir.

— ¿Algún voluntario? — todo el mundo evitó el contacto visual, no es que les apasionara estar colgados a más de 15 metros de altura. Mina vio por el rabillo del ojo que Jungkook dio un paso adelante para ofrecerse como voluntario —. Mina tú — Jungkook frenó en seco y Mina sonrió para sí misma. Que se joda —. Acércate.

Mina obedeció y el profesor la utilizó de modelo para enseñarle al resto de compañeros como ponerse adecuadamente el arnés de seguridad. Se sentía demasiado observada con todos los ojos clavados en ella.

— ¿De acuerdo os ha quedado claro cómo se pone? No me gustaría acabar en el hospital — su comentario todavía asustó más a los alumnos. Querían volver sanos y salvos de ser posible —. Mina sube al árbol y demuéstrales cómo se hace.

Estupendo, si lo hacía mal no solo se abriría la cabeza sino que también lo verían todos.

— ¿Quieres que lo haga otra persona? — le preguntó el entrenador al verla dudar. Mina alzó la vista y vio la sonrisa maléfica de Jungkook.

— Claro que no, estoy deseando subir allí arriba.

Eso no se lo creía ni ella.

— Pues demuéstraselo a todos.

En contra de su voluntad empezó a subir por el árbol a través de una inestable escalera de madera. Conforme iba subiendo sus piernas se iban convirtiendo en gelatina. Jamás había subido a un sitio tan alto. Al llegar arriba del todo se sujetó como si su vida dependiera de ello a la cuerda que la iba a mantener con vida.

Entonces, escuchó la voz chillona de su profesor.

— ¡MINA! ¡TE HAS OLVIDADO EL CASCO!

Y así era como las cosas nunca le salían bien.

Ahora tendría que bajar por las escaleras del demonio, ponerse el maldito casco y volver a subir. Puso el pie nuevamente en el escalón pero el entrenador le volvió a gritar.

— ¡NO HACE FALTA QUE BAJES! ¡HAZLO BIEN Y EL CASCO NO TE HARÁ FALTA!

¿Qué clase de profesor era? Si caía desde esa altura no viviría para contarlo, y tampoco es que un casco fuera a evitarlo, pero al menos no se le aplastaría el cráneo.

En este tipo de actividades siempre solía haber algún instructor que los guiaba y se asegurara de que no ocurriera ningún accidente. Pero claro, esto no era el Seoul Elite High School, esto era un colegio público.

Suspiró harta de todo y procedió a colocar las hebillas del arnés en las cuerdas tal como le había explicado. Un fallo y acabaría en el suelo, en el mejor de los casos con todos los huesos rotos.

Sin pensarlo mucho más – porque si lo hacía acabaría dándose media vuelta –, dio un paso adelante hasta que sus pies ya no tocaron la plataforma de madera.

La cuerda se deslizó con ella colgando. La sensación era increíble, se sentía como si estuviera volando e incluso se dio el lujo de soltar la cuerda y levantar los brazos. Después de todo había merecido la pena.

Al llegar a la plataforma del final de la tirolina, se aseguró de agarrarse bien para después retirar las hebillas de la cuerda de seguridad.

Desde ahí arriba escuchó como sus compañeros la aplaudieron y la felicitaron, pero todavía no se había atrevido a mirar abajo.

— Eso ha estado bien, Mina — la halagó el profesor una vez abajo —. Aunque para la próxima no te olvides el casco.

Mina rodó los ojos sin que la viera.

— ¿Da miedo? — J-Hope se acercó a ella, preocupado.

— Al principio la altura impone un poco, pero cuando te sueltas es como si estuvieras volando. Es increíble, ya lo verás — le tranquilizó.

— ¡Mina! ¡Cuándo el entrenador ha dicho que te habías olvidado el casco y que hicieras la prueba sin él casi se me para el corazón! — dijo Jimin tomando su mano y poniéndosela en su corazón.

— Incluso Jungkook se ha asustado — río Suga ganándose un codazo del joven —. Había empezado a subir las escaleras para llevártelo, pero el entrenador le obligó a bajarse.

Antes poder procesar nada, la irritante voz del profesor los interrumpió.

— ¡De acuerdo! Dividíos en grupos de dos y que cada grupo suba a un árbol. Competiréis por parejas para ver quien finaliza antes el circuito, ¿entendido? Podéis elegir a vuestra pareja excepto Mina y Jungkook, quiero que compitáis entre vosotros.

¿Por qué el mundo se empeñaba en juntarla siempre con ese subnormal?

— Profesor, me gustaría hacerlo con algún otro de mis compañeros — se atrevió a pedirle Mina.

— Sí, discúlpela entrenador. Yo también estaría asustado de competir contra mí mismo.

Maldito niñato estúpido, egocéntrico y creído, pensó Mina. ¿Es que no tenía siquiera una pizca de remordimiento después del incidente de la tienda?

— Pensándolo mejor estaré encantada de aplastarte — no quería entrar en su juego, pero no podía más. Estaba acabando con su paciencia.

Él enarcó una ceja.

— ¿Aplastarme?

— Sí. Vigila que ninguna de tus cuerdas de seguridad se suelte por "accidente".

Él la miró sorprendido. Le había amenazado sutilmente con tirarlo tirolina abajo.

¿Querías competir, Jeon? Pues que empiece la competición.