Nota: Esta historia esta llena de errores de todo tipo, me justificare diciendo que fue de mis primeros escritos. Algún día lo editaré, pero ese día no será hoy. Aún así espero que disfrutes tu lectura.
Él es el dueño de mis sonrisas, mis anhelos...
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Por fin viernes, nunca ha sido mi día favorito pero hoy me siento emocionada. Es la primera vez que estoy tan feliz por tres días seguidos. El abuelo me dio el día libre como compensación del trabajo que he logrado y también hoy en la noche es la inauguración de la cafetería. Estoy más feliz porque quede en salir con Juan Pablo esta semana y debo admitir que él es uno de los motivos por los cuales estoy con este ánimo tan positivo. Sé que aún no lo conozco tan bien pero presiento que vamos a lograr una buena amistad ─eso es lo que dice la abuela─.
Juan Pablo y yo habíamos quedado en salir el sábado y ayer decidimos cambiar la fecha por el día de hoy. Quedamos en vernos en la cafetería ya que el abuelo nos prometo todo lo que quisiéramos y sin pagar un solo centavo, esto se debe por nuestro trabajo de estos días.
Antes de salir realice mi rutina de todos los días y me prepare para este maravilloso día.
Amo caminar por las calles de Bogotá y poder sentir el aire fresco en mi rostro.
Tardando quince minutos llegue a la cafetería y al entrar me encontré a Juan Pablo hablando con el abuelo.
─Ana, qué bueno que llegas ─dijo el abuelo al verme ─. Estábamos discutiendo sobre la hora que debería ser el concierto. Te parece que sea, ¿a las siete o las ocho?
─Se me hace mejor a las siete, no es temprano ni tarde.
─Muy bien, entonces será a las siete. Les avisare a los chicos ─indico Juan Pablo regalándome una sonrisa.
─Resuelto esto iré a la cocina a prepararles algo especial.
El abuelo me guiño un ojo para después meterse a la cocina. Juan Pablo y yo nos dirigimos a una mesa desocupada y tomamos asiento. Las manos me están sudando, estoy algo nerviosa.
─¿Ya tienen preparado lo que van a tocar esta noche? ─pregunte intentando calmar mis nervios.
─Si, de hecho tocaremos la nueva canción de Martín.
─¿Antes de los veinte?
─Así es. Se quedó ese nombre después de un debate entre los que querían "Antes de los treinta" y entre los que queríamos "Antes de los vente" ─puso los ojos en blanco con una cálida sonrisa.
─Me lo imagino.
─¿Te puedo hacer una pregunta? Si no quieres responderla no hay ningún problema.
Me estoy poniendo más nerviosa, si pregunta sobre mi pasado no sabré si contestarle o no.
─Claro, pregunta lo que sea.
─Es sobre Tomás.
Sentí un gran alivio.
─Vive con ustedes, ¿no? Pero no es su hermano, ¿cierto?
─Es una larga historia. Tomás ha sido mi mejor amigo desde los tres años, sus padres no eran los mejores ─comencé a narrar ─. Recuerdo todas esas veces en las que llegaba llorando a la escuela y cuando se iba a dormir a mi casa porque él no quería estar en la suya, según él sus padres hacían cosas malas. Un día lo dejaron en mi casa y ya nunca regresaron, nadie sabía nada de ellos. Pasaron tres semanas y nos dieron la noticia de que sus padres habían... muerto. Todo fue muy raro, según esto antes de que sus padres desaparecieran ya le habían dejado la custodia a mis padres para que ellos se hicieran cargo de Tomás.
